lunes, 23 de mayo de 2016

¿Cómo pasar de ser el agente Patou a ser el regente del bar Moustache?

Al observar cómo funciona el mundo o ver el mundo funcionar desde una cierta óptica, me acuerdo de la escena de “Irma la Dulce” en que el camarero Moustache explica este funcionamiento al decepcionado agente Patou. Es la primera escena en que estos dos personajes interactúan.


(Imagen encontrada aquí)


- Mi querido muchacho, su modo de pensar no solo es absurdo, es también antieconómico, y sé de lo que estoy hablando, fui profesor de Economía en La Sorbona durante 6 años, pero esa es otra historia.
- Convendrá conmigo en que los ciudadanos decentes deben estar protegidos contra eso.
- Está bien, tomemos un ciudadano decente, veinte años casado y que pasa el día vendiendo cochecitos de niño. Por la noche necesita distracción, camaradería, y por tanto viene a la calle Casanova. Se reúne con una chica, ella le da un poco de amistad y él un poco de dinero, la chica da el dinero a su novio, y él lo gasta en bebida, en gemelos o en las carreras. E incluso a veces, da un poco de ese dinero a un policía.
- ¿Soborna a un policía?
- Y ahí viene lo estupendo, porque el policía coge ese dinero y compra un cochecito al ciudadano decente. Y así el dinero se mantiene en circulación. ¡Todo el mundo es rico! ¡Todo el mundo es feliz!

En ese momento el agente Patou no lo sabe, pero acabará pasando por todos los roles que un momento antes ha criticado: agente sobornado y chulo de putas. Aun así, no perderá su encantadora ingenuidad, y conseguirá salir del ciclo fatalista descrito por Moustache.
Puede que sientas lo mismo que Patou y te indignes a la vista de las injusticias a tu alrededor. Sin embargo, el mundo no tiene por qué ser justo. Según Wayne Dyer, la justicia no existe. Nunca ha existido y jamás existirá. Si observas la naturaleza, ves que no hay justicia en este mundo: los animales se comen unos a otros, hay grandes catástrofes cada día, y muchas veces afectan a los que menos pueden recuperarse de ellas. El mundo y los seres que viven en él, incluidos los humanos, son injustos todos los días. “Los que tienen dinero no son condenados. A menudo, los jueces y policías se venden a los poderosos”, dice Dyer.

La preocupación por esta justicia tiene su origen en dejar que el comportamiento de los demás sea más importante que el tuyo propio. Es una búsqueda de comparaciones con la que se crea un listado, buscando que todo esté en equilibrio, que obtengas lo mismo que los demás.

Lo contrario es hacerte cargo de tu propia vida, decidir lo que realmente quieres y buscar los medios para lograrlo, aceptando que la vida no es perfecta, o que es perfecta tal como es. Por tanto, si no te gusta ser el agente Patou y observar descorazonado cómo es la naturaleza humana, si tampoco te convence entrar a la rueda de roles que viven al margen de las normas, normas que tampoco tienen por qué ser justas como vemos, puedes elegir ser Moustache, el dueño del bar del mismo nombre.

Lo fundamental para salir de cualquier círculo vicioso es entender que se forma parte de él. Conozco muchas personas que critican despiadadamente a las grandes marcas de ropa por explotar trabajadores en el tercer mundo, pero después compran esta ropa e incluso alegan: “Claro, es que no tengo dinero para hacer otra cosa”. Entonces forman parte del ciclo y lo alimentan.

Una vez has comprendido que formas parte y que todo lo que ves y vives, lo veas como grandes injusticias o como la vida tal como es, el siguiente paso es buscarte un papel en el sistema con el que realmente te sientas cómodo, quizá el de Moustache.
¿Cómo es ser Moustache? ¿Qué características tiene este rol? El camarero y dueño del negocio observa el funcionamiento del mundo y está al servicio de los que juegan los roles protagonistas. Trabaja para ellos, vive gracias a ellos y simplemente acepta las cosas tal cual son. El trabajo de Moustache ha de ser uno que no está dentro de los ciclos fatales, en los que solo se puede ir con la corriente o se te llena la boca de plumas. Es un trabajo que se queda fuera de ese ciclón. Pero no se aísla del ciclón, convive con él.
Se me ocurren trabajos similares: el propio del dueño del bar, un instructor de buceo, un freelance que trabaja como consultor, no como falso autónomo, el realizador que acompaña a una estrella de rock en los conciertos, David Attenborough, un actor/actriz...

Hace falta admitir en tu vida un cierto grado de casos, de desorden. Hace falta aceptar la incertidumbre, reconocer que no se tiene el control.

Aceptar el fracaso, los fallos y sobre todo, aceptar el vacío, esos momentos en que nada se mueve, en que todo es incógnita, en que parece que tu subsistencia peligra.

Y hay que aceptar la crítica, el exponerse, el que haya personas con otro guion que responden de formas sorpresivas, adaptarse entonces a ese guion y elaborar sobre él sumando, nunca restando, olvidando el famoso “sí, pero…”.

Aceptar que las cosas están por crear, que se crean según suceden y no según un listado que mantienes para tener sensación de seguridad.

Los que tienen éxito en esto están tranquilos en cualquier circunstancia, dicen sí a todo como es, están a gusto donde están, flexibles y abiertos a lo que venga.

¿Eres un@ de ell@s? Cuéntanos tu experiencia, ¡queremos saber más!

domingo, 17 de abril de 2016

¿Recuerdas la muerte de Chanquete?

Cambiarse de casa es una situación ideal para deshacerse de un montón de trastos que en realidad no utilizamos.

Este artículo del blog de Sindinero nos propone un lugar a donde enviar todo aquello que nos sobra pero que preferimos reciclar: Madrid Recicla, grupo que pertenece a Freecycle.org, una red sin fines lucrativos dedicada a poner en contacto a interesados que deseen reutilizar todo aquello que todavía tiene una vida útil.

Por poner un ejemplo, los libros se han convertido en trastos. Es bastante triste verlo así. Pero intenta vender un libro de segunda mano. Da igual que te costara veinte euros, lo vas a tener que colocar por un euro, máximo cinco, dependiendo de su actualidad. Los libros clásicos, estos que se leen en la etapa escolar, ya costaron unos cinco euros; casi hay que pagar a alguien para que se los lleve. Además, el encanto de leer un libro en papel, notar el tacto, pasar las hojas, subrayar pasajes… todo esto se olvida cuando se trata de transportarlos de un lugar a otro, sabiendo que la mayoría no los vas a volver a abrir, y tan solo los conservas para “verlos”, ver el lomo junto al resto de lomos en la estantería.

En otro artículo se proponen un par de retos para ser capaz de deshacerse de los objetos que vamos arrastrando. Si de pronto tienes que huir de tu casa, o salir precipitadamente, dejarás atrás miles de cachivaches de todo tipo que en realidad no estás utilizando.

  • El reto de pasar la temporada con solo 33 prendas a mí no me parece tan complicado, no tengo muchas más porque las prendas no se encuentran entre mis debilidades consumistas.
  • Me ha gustado más el otro reto: se trata de jugar con otra persona a ver quién aguanta más tiempo deshaciéndose cada día de un objeto más que el día anterior hasta completar un mes (es decir, un objeto hoy, mañana dos, pasado tres…). Te podrías deshacer de hasta 465 cosas, objetos, cachivaches, aparatos, libros… que siempre puedes regalar, vender, donar…


Estar de mudanza me recuerda a la muerte de Chanquete

Estar de mudanza me recuerda a la muerte de Chanquete. Al principio no tenía claro por qué, tal vez por el sentimiento de pérdida. Yo tenía 6 años cuando murió Chanquete, ese afable abuelo que todos quisiéramos tener. En mi recuerdo, la muerte de Chanquete está directamente conectada a las sevillanas “Algo se muere en el alma”:
Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va,
Y va dejando una huella que no se puede borrar.

Al buscar referencias de la muerte de Chanquete en Internet, me sorprendí bastante porque Chanquete tiene su propia entrada en Wikipedia, los cortes en RTVE y youtube de “Chanquete ha muerto”, “El entierro de Chanquete” y “Algo se muere en el alma”.

Además, Chanquete era uno de esos individuos que había conseguido vivir con menos, conformarse con una vida tranquila en su vieja embarcación varada en una colina. Es lo que defienden los minimalistas Nicodemus y Joshua Fields, mencionados en el artículo que comentábamos, y que se preguntan si son nuestras posesiones las que nos poseen.

Justo antes de que Chanquete muriera, estaba recibiendo presiones para que abandonara el terreno no calificado en el que se asentaba su vivienda, un viejo barco llamado “La Dorada 1”, y que lo cediera “al progreso”, al “avance”, representado en la serie como la inmobiliaria llamada Promovisa, “la empresa que sin pausa y sin prisa…”.

A Chanquete le querían echar de su hogar, hogar que las excavadoras destrozaron una vez muerto el viejo pescador, y eso me evoca el momento en que la empresa de mudanzas empieza a arramplar con tus posesiones para meterlas en cajas y el hogar se destruye ante tus ojos, y sientes que tus posesiones te poseen, y que va a haber un lapso de tiempo más o menos largo entre esta destrucción y la nueva construcción en que no vas a tener un hogar, solo una casa.

Así que me pregunto y te pregunto: ¿qué compone un hogar?

domingo, 10 de abril de 2016

Concierto de Miguel Vigil en Libertad 8

El viernes 8 de abril tuve la suerte de asistir a un concierto de Miguel Vigil en Libertad, 8.

Conozco a Miguel desde hace varios años, pero no había asistido a sus conciertos, es más, hasta hace muy poco, no había siquiera escuchado su música. Fue a raíz de pedir su libro Relatos Polisémicos que recibí, junto al libro, un CD con su música. No es lo mismo leer a Miguel que escucharle. Hasta recibir el CD solo le había leído en el boletín de la Asociación Española de Tai Chi Xin Yi. Al escucharle, su sentido del humor y su talento cobran un aspecto tridimensional muy interesante: canta muy bien, es muy agradable al oído y es realmente gracioso.

Al escucharle en directo, ganamos además la riqueza de ver una actuación en vivo, que está ocurriendo “de verdad”, que no está enlatada, y que responde al feedback que da el público, y que también retroalimenta al público y le anima más, en una espiral creciente de buen rollo.

Miguel Vigil dice: “os voy a hacer una canción…”. Y esto me llama la atención. Claro, la canción la hace en ese momento, la fabrica junto con otro gran músico como es Lorenzo Azcona, que lo mismo contribuye a esta fabricación con un saxo que con una flauta travesera o con unos tambores.
Para ser precisos, ahora que recuerdo, la primera vez que escuché una canción de Miguel fue una experiencia un tanto impactante. Él me felicitó mi cumpleaños en Facebook compartiendo conmigo una canción que lleva como título corto TPM, y como largo, "Tu puta madre". Así. Y el vídeo no te deja indiferente, no.

El espectáculo de Miguel, además de profesional, regala mucho de algo que cada vez se deja ver menos, y es el humor. El humor parece estar vedado. Cada vez más colectivos se ofenden y se sienten agraviados cuando se tratan según qué temas con humor. Esto es algo que señaló hace poco John Cleese en una entrevista: “no podemos hacer humor y ser políticamente correctos a la vez”. Algunas de las perlas que John Cleese dijo en esta entrevista: “la idea de que se te debe proteger de cualquier tipo de emoción incómoda es lo que de ninguna manera suscribo”, “toda la esencia del humor, de la comedia (…) es que toda comedia es crítica”.

En lo que a mí concierne, observo que cada vez más el humor se elimina de la educación para adultos (que es la que conozco). Sugieres a cualquiera involucrado en un proyecto que utilicemos el humor y responderá: “no, para tratar el tema X no debemos usar humor”. Y lo malo es que X se puede sustituir por cualquier temática: PRL, contabilidad, liderazgo, matemáticas… Todo debe ser serio para ser tomado en serio. En la práctica, la formación se convierte en algo tedioso y soporífero. Cuando estás en el aula puedes paliar la seriedad de la documentación con ejemplos y anécdotas, cuando provees de formación a través de un sistema informático, se acabaron los ejemplos y las anécdotas.

El propio John Cleese, por cierto, fundó la empresa VideoArts para crear formación basada en vídeos con humor. Es antológico su vídeo “Bloody meetings” (Malditas reuniones) para explicar, de una forma muy cómica, lo que no debe hacerse en una reunión:


Volviendo a Miguel Vigil, él es otro, al igual que John Cleese, que defiende el humor, defiende la comedia, e incluso escribe y canta sobre aquello que parece políticamente incorrecto, como el uso excesivo de masculino y femenino para resultar inclusivo, o la crítica exacerbada a los fumadores, como verdaderos delincuentes que merecen morir por echar el humo a los demás.

De Miguel no digo más, solo que vayáis a verle y que os haga unas canciones a medida. El disfrute está asegurado.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Mindfulness de una mosca en la pared de tu mente


Soy la mosca en la pared de mi mente.

(La Mosca, cortesía de https://quienfueraunamoscaentupared.wordpress.com/page/2/, diseñada por el Estudio Virgulilla)
(La Mosca, cortesía de https://quienfueraunamoscaentupared.wordpress.com/page/2/, diseñada por el Estudio Virgulilla)
Me he dado cuenta de que ser tan solo una mosca dentro de mi cerebro me permite observar detenidamente mis pensamientos, emociones y acciones de una manera desinteresada, con la actitud del que solo pasaba por allí y se queda a observar lo que ve.

Como mosca, tengo un pensamiento muy limitado, un recuerdo vago y una proyección al futuro nula. Y esto es genial, sencillamente. Vivo realmente bien en mi condición de mosca, en la que tengo tres actividades por día: frotarme las patas, comer y dormir.

El resto del tiempo, o incluso mientras froto mis patas o como, me pongo a observar lo que piensa, siente y hace la mente en la que me encuentro. Es bastante entretenido, como ir al cine.



A veces, se me pide que tome parte en lo que está ocurriendo, como si yo pudiera hacer esto. Lo que hago en estas ocasiones es vencer la balanza hacia un solo sitio, el único sitio que yo conozco: vivir el momento presente. Es decir, me preguntan que qué opino sobre esto, que cómo me hace sentir lo otro, que qué me parece esta acción o esta ausencia de acción. Y yo, que estaba en la pared tal cual, o que me frotaba una vez más las patas, me encojo de hombros, no tengo hombros, y respondo: yo respiro.

Me parece que lo que esperan es que tome partido por algo. Y no, simplemente estoy muy en contacto con lo que está pasando, estoy presenciando muy de cerca lo que se está sintiendo, estoy siguiendo con atención la acción que se desarrolla. Con hacer esto, ya estoy haciendo algo. Y mientras, respiro. Todo lo demás me suena como a viajar en el tiempo, ya que el pensamiento se conecta con el futuro, las emociones con el pasado, la acción no está siendo del todo limpia, está contaminada por esos otros momentos que no están aquí ahora.

No es que yo entienda mucho de esto, simplemente lo observo, lo veo y lo respiro. Como mosca en la pared, en concreto, la mosca en la pared de mi mente, me siento en calma. Estoy aquí, observando, y sé que podría responder con flexibilidad a los momentos que se presenten. Estoy totalmente en contacto con mis sensaciones, con mis sentidos.

Y es que ahora mismo la vida es un misterio trepidante e insondable. No entiendo cómo los humanos se dedican a evitar a toda cosa el momento de ahora, el presente. Quizá les da vértigo. Yo como mosca no lo sé. Para mí, todo es nuevo a cada momento, todo es extraordinario, ¡mágico!

Cada día, cada momento, todo está ahí, listo para cada uno de vosotros, los humanos. Y pasáis de largo. Sin saber, sin importaros. Tal vez por esto sentís esa amargura, esas emociones de ansiedad y frustración que yo presencio desde mi pared. Y sin embargo, no hay diferencia apreciable entre lo que valoráis como ordinario y lo que valoráis como extraordinario. Todo es extraordinario cuando lo veo con los ojos del momento presente.


Seeing from Dietrich Ludwig on Vimeo.

Repito, aunque como mosca no me gusta repetirme, sino avanzar hacia adelante, hacia la vida: todo es extraordinario cuando lo veo con los ojos del momento presente.

Inspirado en este vídeo: https://www.coursera.org/learn/happiness/lecture/2WFTc/week-6-video-4-flying-into-the-present

martes, 15 de diciembre de 2015

La historia de los interlibros

El interlibro se me apagó. 

No estaba acostumbrada a esto, nunca fallaba, así que lo llevé a reparar. Me dieron unos sencillos consejos para el mantenimiento de la batería. Y bueno, comenzó a funcionar de nuevo, pero empezó a tener comportamientos extraños. Por ejemplo, las aportaciones de otros usuarios leyendo el mismo título comenzaron a formar parte del texto, de forma que se transformaba en otro. Los grandes clásicos dejaron de ser clásicos en mi interlibro. Al principio me había alarmado, pero después me empezó a gustar la idea de que las excelsas obras se transformaran de manera tan sugerente.

Pronto observé que esto le estaba pasando a otros usuarios: también podían ver las obras extendidas, y podían hacer aportaciones que las modificaban más.

Yo también podía hacer mis aportaciones. Observé que solo se podía añadir información, no borrar, por lo que las obras iban creciendo de forma exponencial, y muy pronto hubo que conformarse con leer fragmentos. Eso sí, a nadie parecía importarle, es más, los usuarios del interlibro estaban muy contentos con la evolución de las obras, y surgieron nuevos usuarios.

Se hablaba de memes, de cómo la evolución, que hasta ahora había estado limitada a los seres vivos, se había extendido a los seres digitales.

Todas las obras, absolutamente todas, se podían modificar. Y sin embargo, la poesía de Lorca permanecía intacta. Se realizó un estudio sobre qué obras se modificaban más, y en ese estudio se descubrió que nadie había tocado a Lorca. El Quijote, por contra, era una de las obras más ampliadas, seguida de La Biblia. Esto en castellano, pues en todos los idiomas los interlibros habían empezado a incorporar las aportaciones de los lectores, sin poder evitarse este fenómeno ni entenderse cómo era posible técnicamente. Tampoco se podía atajar, se trató de recuperar las obras originales, pero pronto volvían a reproducirse.

Lao Tze también estaba intacto, toda su obra. Por países, China era de los que menos modificaban las obras, mientras que España era de los que más. En Estados Unidos eran más respetuosos con la obra original, y en India se habían puesto por escrito por primera vez muchas tradiciones orales.

Lorca, intacto. Lorca, sagrado. Cuando se lanzó un nuevo estudio para entender por qué los usuarios de los interlibros no habían tratado de modificar su obra, el resultado fue apabullante: "ya es perfecta".

Las razones que se daban parecían distintas: "No sabía qué más poner", "Me parecía muy bonito así", "Es que no lo entiendo", "Cuando lo leo veo imágenes, no puedo añadir nada más", etc. La obra de Lorca permanecía intacta, a pesar de que los usuarios de los interlibros hacían frecuentes visitas a estos contenidos. Es más, desde que se publicó la encuesta, muchos aficionados a la escritura, e incluso varios escritores profesionales, pensaron en añadir algo para terminar con ese extraño caso.

Era el caso de Edelmiro Sánchez, renombrado escritor. Sánchez era un erudito de Lorca, había estudiado sus obras durante años. Por un lado, consideraba sagrado al autor. Por otro, se sentía suficientemente capacitado para aportar algo más en línea con lo que el propio Lorca habría podido añadir.

Sin embargo, Edelmiro Sánchez no lograba tener ni una sola idea. Cuando se ponía frente a la obra, cuando se situaba en la parte en que le parecía que era más fácil añadir algo, sin dañar lo que había hecho el genio, se quedaba completamente en blanco. Se le pasaban por la cabeza algunas ideas, y las rechazaba por mediocres.

Toda la concepción de la escritura cambió. Los escritores más famosos se dedicaron a ampliar las obras ya escritas, en lugar de escribir obras nuevas. Ante la frustración de no poder enmendar a Lorca, los escritores españoles, incluido Edelmiro Sánchez, enmendaban a todos los demás.

Lo que ocurrió después se cuenta entre una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad.

Un buen día, los interlibros se apagaron. Como una llama que se extingue, dejaron de poder utilizarse, todos a la vez, en todo el mundo. Los analistas comenzaron a hablar de una nueva era, lamentando profundamente que los libros físicos se hubieran destruido a la vista de que ya nadie los utilizaba. Ahora no había ninguna manera de acceder ni a las obras originales, ni a las extendidas.

Con una excepción. Poco después, se encontraron en unas excavaciones varios libros de papel de Lorca en un estado de conservación bastante aceptable.

Desde entonces, son piezas de museo que se han ido copiando para ponerlas a disposición del público. Ya nadie, ni Edelmiro Sánchez, osa intentar modificarlas.

viernes, 8 de mayo de 2015

El buceo de raíz - el binomio fantástico

Estoy haciendo un curso de creatividad, un MOOC de ECO #CreativityMOOC, y se propone un ejercicio creado por Gianni Rodari, el binomio fantástico. Se trata de crear una historia uniendo dos palabras de universos diferentes. La historia avanza por la fuerza de la oposición de esos conceptos tan diferentes entre sí, de esas dos palabras que normalmente no encontramos juntas, y que nuestra imaginación tratará de relacionar, quizá en un mundo fantástico donde su relación tenga cabida.

Me ha gustado la idea y quería buscarlo complicado, este es el resultado:

Selección

He entrado en páginas que había visitado recientemente, y he cogido uno de los sustantivos en el título:
  • Buceo
  • Raíz

Combinaciones

He visto posibles combinaciones de estas palabras:
  • Buceo de raíz: un tipo de buceo en el que se penetra en el fondo marino.
  • La raíz del buceo: los orígenes del buceo, que están en Jean Jacques Cousteau.
  • La raíz que bucea: una zanahoria inteligente que además ha aprendido a bucear.
  • Buceo con raíz: un buceo ayudado por un aparato que se lanza con una ballesta hasta el fondo marino, y que enraíza al buceador en un área de 30 metros de diámetro.

Relato

He elegido la primera, y he escrito un pequeño relato, en el que al final se me han mezclado varias:

Acababa de sacarme la titulación de buceo avanzado en la que se permite la modalidad de buceo de raíz. Sin embargo, no me sentía segura de mí misma, porque en las prácticas todo había fallado: me quedé sin aire antes de tiempo, justo cuando estaba a medio salir del fondo marino, con medio cuerpo ya en el agua y el otro medio dentro de la tierra. No fue una experiencia agradable, pero el instructor me rescató en seguida.
Ese día además íbamos a bucear de raíz en zona de sirenas, es decir, la zona en que el fondo marino está habitado por seres que llamamos sirenas, pero que se parecen más a los calamares gigantes: tienen tentáculos y son algo agresivos. De todas formas, ver una sirena buceando es como ver un tiburón, casi hay que pagar para lograrlo. Una vez fuera del agua, tomando una cerveza con mi pareja, que es más de secano, tuve que admitir que jamás volvería a bucear, la experiencia había sido demasiado desagradable. Decidí dejar no solo el buceo de raíz, sino todo el buceo, y buscar otras actividades de ocio. Nunca olvidé cómo aquella sirena había rodeado rápidamente con sus tentáculos a mi compañero Mike, conocido como “la raíz que bucea” por ser una zanahoria que aprendió a bucear. Se ve que a las sirenas las zanahorias les parecen apetitosas. A través de su cuerpo semitransparente, tuve que ver cómo lo digería, cómo lo descomponía, y por último, la mirada de ese monstruo como valorando si continuar el festín conmigo. Usando la ballesta con la que nos habíamos impulsado hasta dentro de la tierra, hice un disparo inverso y salí hacia fuera, con los pies por delante, hasta que pude darme la vuelta y frenar la subida. Abajo, los tentáculos de la sirena se agitaron despidiéndose de mí… o advirtiéndome de que no volviera.

martes, 21 de abril de 2015

Una idea de negocio - cenas de solitarios ejecutivos

Últimamente viajo con cierta frecuencia por motivos de trabajo, y en muchas ocasiones tengo que pasar noche en el lugar de destino.

Suelo cenar en el hotel, porque es mucho más cómodo, y lo más parecido a cenar en pijama en tu casa, que es lo que haces de lunes a jueves si no has viajado.

Cuando ceno en el hotel, me doy cuenta de que hay al menos otras cuatro personas, mujeres y hombres por igual, que cenan en soledad. De hecho, cenamos todos mirando al frente, hacia la televisión y la puerta de la cocina, como niños grandes esperando a su mamá.

La primera vez que bajé, el camarero me facilitó un periódico. Insistió. Las veces consecutivas observé que cada uno de los/las ejecutivos solitarios se había traído consigo algo para mirar distraídamente, como ese periódico que me ofrecía el camarero, algo en lo que sumergirse para fingir no estar allí: tablets, teléfonos y a veces ambas cosas. Por ello, la siguiente vez decidí yo también bajar con mi teléfono, y hacer absurdas fotos de la comida, para matar el tiempo.

Así que ahora me imagino que el hotel ofrece un servicio adicional, llevado por una coach o una psicóloga: se invita a los que están alojados en el hotel y han venido solos a cenar en una mesa redonda, todos juntos.

Esto se anuncia en unos carteles a la entrada del hotel, lo ofrecen los recepcionistas, e incluso la coach se pasa por el hall y el restaurante con unos folletos.

En ellos se explican los beneficios de cenar acompañado, que van desde hacer una mejor digestión a tener sentimientos positivos de pertenecer, relacionarse con nuevas personas, etc.

Para los que tengan que se parezca a una cena de negocios, se explica que en esas cenas solo estará permitido hablar de ilusiones, aficiones, intereses, seres queridos...

Para incentivar esta cena, se ofrece también un descuento en el precio de la cena, descuento que es creciente según la persona se va apuntando a más y más cenas durante el tiempo que esté alojado en el hotel.

Otra firma quizá mejor de incentivarlo es que el menú de esa mesa redonda sea especial, y al mismo precio.

Bueno, es una idea, emprendedores del país, ¿os animáis a probarla?


martes, 17 de marzo de 2015

Mis taxistas: el juez Dredd

Esto puede ser tanto el inicio de una serie de entradas como la única entrada de su género.

Por motivos de trabajo suelo tener que tomar taxis con frecuencia. Algunos taxistas permanecen callados o ponen la radio muy alta, mientras que otros establecen conversaciones con relativa facilidad. A estos últimos voy a dedicar estos posts.

Recientemente subí en el taxi de alguien a quien podemos llamar "el juez Dredd".

Desde el primer momento me estaba explicando lo que se puede y no se puede hacer cuando se conduce, cuando un coche nos pita. Entonces me explica larga y extendidamente por qué él lo estaba haciendo bien, pero aquel conductor no, no tenía la razón. Además, añade que el conductor de delante también lo ha hecho mal, y todo porque hay que seguir las instrucciones que están en el suelo, en la carretera. ¿Lo sabía usted? Le dije que sí. Luego ocurrió algo más y es cuando me preguntó de dónde soy. De Madrid. ¿Y allí la gente conduce así de mal? Y yo respondí: ¡en Madrid mucho peor! ¡Es una selva! Y él respondió: ¿Perdón?

Al cabo de un rato de conversación, me di cuenta de que el taxista no escuchaba nada, solo arengaba. En seguida le apodé "el juez Dredd". Me explicaba con detalles pormenorizados cuáles son las leyes y cómo todo el mundo (menos él) las desconoce. Incluso mencionó algunas leyes que sé que no son ciertas, como que un trabajador no puede tomar nada de alcohol durante su jornada laboral.

Toda su historia cobró sentido cuando me habló de su pasado de vigilante de seguridad. Si me hubiese dicho que en el pasado había sido policía, geo o guardia civil, también me habría cuadrado.

Así que él continuó, explicando cómo las motos que tienen que ir a 50 no son multadas en una carretera limitada a 60 si van a 55, a pesar de que van por encima de la velocidad mínima a la que tienen que ir, y cómo los autobuses tienen un límite de 90 en autopista, y cómo todos los conductores comunes tendríamos que hacer los mismos exámenes que hacen los taxistas (en esto estoy de acuerdo). Sin embargo, cuando dijo que se deberían hacer pruebas de conducción anualmente y que si la persona mostraba desconocer alguna norma habría que quitarle el carnet (hasta que se examinara del teórico de nuevo), me pareció que estaba exagerando.

El juez Dredd no quiso saber nada más. Para él, todo el mundo quiere hablar o de fútbol o de política, pero él solo habla de leyes. Bueno, hay que decir que en los últimos minutos fue capaz también de hablar de política, solo para explicar qué leyes deberían existir para que los políticos robaran menos.

Imagen 1: http://esperanzamembrado.com/servicio-de-taxi/
Imagen 2: http://www.filmaffinity.com/es/film945425.html

lunes, 9 de marzo de 2015

Whiplash – Motivar con castigos

¿Hasta qué punto es lícito machacar a los mediocres para que de entre ellos surjan los genios? ¿Es cierto que presionar y minusvalorar hacen que una persona se motive para dar el máximo? ¿Y luego qué, qué obtenemos?

Estas son las preguntas que se plantean en la película Whiplash, en la que un profesor y director de música jazz lleva más allá de los límites a sus alumnos, y se ceba especialmente en un nuevo y joven baterista, que podría o no ser uno de aquellos genios, como Charlie Parker.

Las teorías de la motivación muestran que machacar, presionar y castigar producen un resultado mucho más pobre que premiar, reforzar y animar. El refuerzo positivo, el crear un espacio que permita a la persona desarrollar sus competencias, sentir autonomía y aprender de la relación con otros, están por encima de los ambientes militares que se viven con frecuencia en disciplinas como la música y el baile.

Es la palabra: ambiente militar, disciplina militar. El indiscutible líder, que es el “profesor” o “maestro” (habría que ver si merece estas etiquetas) da órdenes y no admite nada por debajo de la perfección. Por tanto, la perfección es lo que tienes que alcanzar, y si lo haces no se te va a felicitar, y lo que esté por debajo hay que machacarlo hasta hacerlo desaparecer, porque solo los mejores pueden subsistir en la elite.

También podríamos pensar en esta figura de poder como en un crítico que, no siendo capaz de alcanzar por sí mismo la perfección que tanto admira, no puede soportar tener espejos (otros mediocres) delante. De hecho, llama la atención que le diga al baterista "¡No estás siguiendo mi ritmo! ¡No estás siguiendo mi tempo!", en lugar de "el ritmo" o "el tiempo". Vaya, que parece que el criterio de perfección podría ser subjetivo.

Según el “profesor” de esta película, “buen trabajo” son las dos peores palabras que se pueden decir a un aprendiz o practicante de una disciplina. Porque eso lleva a la autosatisfacción y a no tratar de llegar más allá.

En cambio, el “maestro” elige el camino del terror, de forma que el placer que pueda parecer que siente el instrumentista o la bailarina es en realidad dolor y miedo. Es como si se nos dijese: solo quien soporta el dolor y el miedo y aun así es capaz de ejecutar a la perfección una pieza, solo ese es el genio.

¿Qué habría ocurrido si el padre de Mozart no lo hubiera convertido en un mono de feria desde que era pequeño? ¿Nos habría llegado algo de su música? ¿Habría si quiera compuesto una mísera pieza? Yo creo que sí: creo que su talento era independiente de la presión de su padre.

Imagen de la película El último bailarín de Mao
En la película El último bailarín de Mao, el protagonista chino conoce a una bailarina “mediocre” en Estados Unidos, y decide casarse con ella, pero pronto surgen las desavenencias, pues él en unos meses se ha convertido en una figura principal del ballet de la ciudad, mientras que a ella la descartan en cada casting. Entonces pensaríamos: ella es mediocre, no tiene derecho a bailar. Sin embargo, se separan, ella se va a otra ciudad, y allí es bailarina durante varios años. Lo que uno de estos “maestros” consideraba mediocre a otro le vale, y le vale lo suficiente como para que esta persona realice su sueño. Y sí, es cierto que quien trasciende su propia vida es un bailarín como el de Mao, y no la bailarina vulgar y corriente.

Por otro lado, también es cierto que las dificultades nos hacen crecer. Cuando encontramos una barrera delante, una persona difícil, una situación problemática, podemos crecer hasta ser capaces de superar el obstáculo, de ponerlo de nuestro lado, de vivir a pesar de él o con él. Creo que a eso se puede referir el “profesor” de Whiplash: si te dicen “buen trabajo”, no tienes ya barrera que superar.

Quizá lo más sensible de todo esto es que esta manipulación a la que algunos “maestros” someten a sus aprendices ocurre necesariamente cuando los practicantes no son adultos, cuando su cerebro está aún formándose, incluso a edades muy tempranas.

Yo me suelo escalofriar cuando oigo a una madre decir que va a apuntar a su hija a gimnasia rítmica o a ballet, o bien cuando veo niños muy pequeños tocando ya el violín, el violonchelo… ¿Sabe esa madre de la dura disciplina militar que se impone en estos ambientes? ¿Sabe si su hijo/a la va a resistir? ¿No se plantea quizá algo más suave, menos exigente, en lo que quizá esa persona vaya a disfrutar más?

Como veis, no estoy hablando mucho de la película en sí, recomiendo que la veáis. Al que además le guste el jazz la va a disfrutar mucho. A mí no me gusta especialmente, y aun así reconozco que las piezas que se escuchan en la película son poderosas. La recomiendo también por la actuación de ambos protagonistas, y la recomiendo sobre todo para invitaros a esta reflexión sobre la motivación, los métodos de enseñanza, y la genialidad o mediocridad y cómo llevarse con ellas.

Saber más:



jueves, 5 de marzo de 2015

El policía que estaba en la parra

¿Nos está permitido estar en la parra?

Piénsalo bien. O para aclarar un poco: ¿nos está permitido estar en la parra cuando otros están mirando? ¿Nos lo permiten nuestra naturaleza, las normas sociales, las neuronas espejo?

Estoy en la cafetería del aeropuerto. Digo "la" porque solo hay una (es un aeropuerto muy pequeñito). Todos estamos esperando un avión. Muchos han acabado de comer, pero es pronto para acercarse al control.

¿Qué haces tú en una situación como esta para matar el tiempo?

Mucha gente, y yo puedo estar a veces en este grupo, abre sus portátiles y sigue trabajando, como si no fueran más de las ocho de la tarde. Están encorvados y miran hacia abajo, a sus pantallas. Son "los tristes".

Los que tienen compañía, los menos, a veces charlan. Suelen ser personas que no viajan por motivos de trabajo, por lo que no portan un ordenador. Son "los familiares".

Hay algún "lector" y algún "escribano", ese que toma notas. A veces también soy de uno de estos dos tipos. Ahora mismo, claro, estoy siendo "el escribano".

Hoy hay uno distinto: es policía. Es joven. Y es capaz de mantenerse en la parra con la mirada distraída en el infinito y ocasionalmente en otro de los comensales. Claramente, no está de servicio. Ese tío sí se siente libre.

Parece tan relajado que incluso se diría que va a dormirse. Este tío es un crack. Lleva por lo menos veinte minutos en estado meditativo. No estoy bromeando con él, realmente le envidio.

Como esa niña del artículo, yo tampoco puedo parar mis pensamientos, ni puedo dejar de hacer cosas "útiles", "productivas".

Por lo que de pronto levanto la cabeza del teléfono y el policía se ha ido. De verdad, ha desaparecido.

¿Darán cursos de meditación en la policía? ¿O bien trabajar de pie, en movimiento, sin tener que estar al menos 8 horas delante de una pantalla dará al policía la capacidad de quedarse en la parra?


  • Nota 1: la imagen del policía procede de este artículo, y es evidente que no he encontrado imágenes de policías en la parra.
  • Nota 2: he visto que la expresión "estar en la parra" puede no ser global, ¿cómo llamáis a este estado en que estás despistado, con la mirada perdida en el infinito?

sábado, 29 de noviembre de 2014

Enunciar, incluir... ¿qué son?


Buscando palabras con las que jugar, en una lista de palabras aparentemente aburridas, he seleccionado dos.

He elegido estas palabras porque ambas están compuestas por un prefijo y una raíz.

Cuando he elegido "enunciar", he pensado también en anunciar, renunciar, y entonces me he preguntado qué puede ser un "nuncio".

Enunciar es
Expresar breve y sencillamente una idea o los datos de un problema de matemáticas. 
Cuando he seguido buscando en el diccionario de la RAE, ninguna de las palabras con “nuncio” explica su raíz etimológica. Es chocante que haya tenido que acudir a un diccionario etimológico chileno para encontrar información sobre la raíz, “nuncio”.

En la RAE nos explica qué es un nuncio, pero no nos explica que es la raíz de las otras palabras. En el diccionario chileno, encontramos que la palabra nuncio procede de la raíz “nuntius”, común a todas las otras (anunciar, pronunciar, renunciar, denunciar…), y que significa mensajero, el que anuncia; la propia noticia. Este interesante diccionario añade que quizá la palabra entró a partir del italiano “nunzio", embajador. Llama la atención que, mientras consulto esto, la publicidad que aparece en ese portal chileno sea de un producto para los pies. Estoy leyendo sobre mensajeros y noticias, y viendo pies. ¿Pies alados? Como Mercurio [lo que a su vez me recuerda a Freddie Mercury, pero esa es otra historia]. Quizá "noticia" tenga esta misma raíz, me suena parecido a nuntius. Pero no, ya me dice el diccionario etimológico que no.

Después de esta búsqueda me he centrado en la palabra inclusión, que automáticamente me ha hecho pensar en exclusión, reclusión, eclosión, y me he preguntado si la raíz es "clusión" y qué es esto. Y si está relacionado con eclosión.

Incluir es
Poner algo dentro de otra cosa o dentro de sus límites. Y dicho de una cosa: Contener a otra, o llevarla implícita. 
La raíz, la parte “cluir”, “clusión”, viene del latín claudere, que significa encerrar. Así que, aunque estés incluido, estás encerrado. Quizá el significado de esta raíz estaba en mi inconsciente, porque yo sentía esto sin conocerla: que pertenecer es una forma de encerrarse, pero en un grupo.

Cuando he buscado exclusión, además, he encontrado mucho más. Por ejemplo, otras palabras con la misma raíz: concluir, inclusa, clausura, cláusula y esclusa.

Excluir es sacar a algo o alguien de un conjunto o recinto dejando el recinto cerrado para él; es dejarle fuera. Y esto también es angustioso, porque parece que si se cierra ese recinto, al otro lado, en el exterior, no va a haber nada. Exclusión comparte su raíz con “kleu-" (gancho o clavija), que da lugar a llave, clavo, maza, clave…

Espero que a mis lectores esto les parezca tan entretenido como a mí. :-)

domingo, 16 de noviembre de 2014

El ateo que tuvo una visión divina

Ramiro Ortega era un hombre de unos cuarenta y cinco mal llevados o cincuenta estupendamente llevados. Era alto y tenía una complexión física grande, fuerte, pero no gruesa. Su pelo era tirando a rubio y sus ojos tirando a verdes. En conjunto, era un hombre que pasaba desapercibido, poco atractivo y además ateo.

Un día iba andando por la calle y de pronto se encontró con un hombre que llevaba el pelo largo, tenía la tez oscura y vestía una especie de sayo que le llegaba hasta los pies, en los que llevaba unas sandalias. La primera palabra que vino a la mente de Ramiro fue "hippie", y después "árabe o judío", y después aún pensó que ese mendigo debía de estar helado porque estábamos en febrero y el propio Ramiro llevaba una cazadora deportiva roja bastante calentita.

El hombre llegó hasta él y le dijo: "Vengo en nombre de mi padre, para predicar la paz en la tierra. Todos somos hermanos". A las palabras que ya había pensado Ramiro se unieron "testigo de Jehová" y "cuidado, está pirado", y su primer impulso fue sacar la cartera para ayudar al sin techo, y al mismo tiempo un segundo instinto le pedía protegerla de un posible robo. Por otro lado, lo que decía el hippie era tan extraño que quiso averiguar un poco más. Le preguntó si tenía qué comer, y el otro le dijo una cosa más extraña aún: "Puedo multiplicar panes y peces, y convertir el agua en vino, pero ahora necesito llevar mi mensaje a los hombres". Definitivamente para Ramiro, este hombre no estaba bien de la cabeza. Le preguntó: "A ver, ¿tienes papeles?". El otro parecía perplejo: "¿Papeles?". Entonces Ramiro pensó que allí cerca había una comisaría de policía y podía acompañar al mendigo. Pero claro, igual le metían en prisión para luego deportarle. No le gustó esta idea, quiso un destino mejor para el tío del sayo, y recordó que por la zona había un comedor de Cáritas donde podía dejarle, casi depositarle, como si fuese un objeto perdido.

Se fijó más en él y le extrañaron varias cosas: no olía mal, estaba limpio, su mirada era muy profunda y le había hablado en perfecto español. "¿Llevas mucho tiempo en España? ¿Cómo te llamas?", le dijo. Y el hippie del sayo le respondió: "¿España?". Ante la perplejidad de su mirada, Ramiro se confirmó en la idea de llevar a este hombre al comedor de Cáritas y deshacerse de él, e irse él mismo a comer, pues le estaba entrando hambre. Así que le guió, el otro le seguía dócil, como un perrito, y le llevó a aquel comedor de ayuda social. "Bueno, macho, aquí te dan de comer y a lo mejor te ayudan con los papeles. Yo me voy, que he quedado. Toma cinco euros por si necesitas algo, coger el metro o algo". Aquel hombre cogió el billete y lo miró con extrañeza, miró a su alrededor, y asintió con un gesto.

Unos días más tarde, Ramiro lee en el periódico: "Hombre de 33 años, sin papeles, de origen judío y que dice ser Jesucristo parece multiplicar la comida en el comedor social de Cáritas situado en la calle Hernani, 66". Y se fija en la foto y sí, parece un Jesucristo el hombre. Ramiro se dice: "Qué pena de inmigrantes".

(Puede que continúe...)

¿Sabías que Jesucristo es el meme más popular de la historia?



lunes, 10 de noviembre de 2014

Entusiasmo

Una palabra esconde mil palabras, y es el caso de la palabra que he elegido para este post: entusiasmo.

La idea de investigar esta palabra se me ha ocurrido en el tren. Mientras miraba distraídamente por la ventana, me he dado cuenta de que no sabía bien lo que significaba la palabra entusiasmo, el único sinónimo que se me ocurría era “emoción”, por “exaltación”. Y también me he acordado de que Vicky el Vikingo decía “¡¡estoy entusiasmaaaadoooo!!”, pero eso lo sé porque me lo han contado, yo no lo recuerdo, era demasiado pequeña.

Al indagar sobre el entusiasmo, encuentro mucha más información de la que esperaba. Según el diccionario de la RAE:

entusiasmo.

(Del lat. tardío enthusiasmus, y este del gr. ἐνθουσιασμός).

  1. m. Exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo admire o cautive.
  2. m. Adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño.
  3. m. Furor o arrobamiento de las sibilas al dar sus oráculos.
  4. m. Inspiración divina de los profetas.
  5. m. Inspiración fogosa y arrebatada del escritor o del artista, y especialmente del poeta o del orador.

Un montón de palabras interesantes aquí. Exaltación, fogosidad, excitado, admirar, cautivar, fervoroso, furor, arrobamiento, inspiración, arrebatado.

Y ya lo de las sibilas y el oráculo… Ni siquiera entiendo la frase. Una sibila es una “mujer sabia a quien los antiguos atribuyeron espíritu profético”. Y el oráculo, por acortar, es:


  1. m. Respuesta que da Dios o por sí o por sus ministros.
  2. m. Contestación que las pitonisas y sacerdotes de la gentilidad pronunciaban como dada por los dioses a las consultas que ante sus ídolos se hacían.

Luego me llaman la atención los personajes que se mencionan: sibilas que tienen un espíritu profético, profetas, pitonisas, sacerdotes, escritores, artistas, poetas, oradores. Imagínate ser una sibila del pasado, escritora, artista y en ocasiones oradora.

Y también sale dios, varias veces, por la procedencia del oráculo, por el tipo de inspiración de los profetas, “divina”…

Me doy cuenta entonces de que no suelo utilizar la palabra entusiasmo, quizá sí para decir una expresión negativa: “con poco entusiasmo”, “sin mucho entusiasmo”. Y quizá últimamente la he escuchado más en inglés que en español (los americanos están más entusiasmados que los españoles, me temo). Quizá no sabía de haberme sentido entusiasmada por algo. Había pensado en personas “entusiasmadas por X” y lo había traducido como “les gusta mucho X”. Pero esta palabra llega mucho más lejos, llega a alturas divinas.

Hay ciertos trabajos, ciertas tareas laborales, por las que no siento ningún entusiasmo. Más bien lo contrario, porque no siento exaltación y fogosidad, solo aburrimiento. Es el caso del trabajo administrativo, burocrático. No me admira ni cautiva absolutamente nada relacionado con él. En trabajos así, he sentido momentos de inspiración, no muy fogosa ni arrebatada, muy al principio, cuando pensaba que podía hacer cosas novedosas. Eso se termina pasado un tiempo, y en cualquier caso fueron pequeños destellos, nada entusiastas, en medio de un lago de rutina.

¿Qué es para ti el entusiasmo? ¿Cómo lo vives? ¿Te entusiasma tu trabajo, alguna afición, alguna actividad?

miércoles, 22 de octubre de 2014

Quien mucho abarca, poco aprieta

He pasado casi un año sin escribir. Bueno, seamos precisos; sin escribir en mis blogs. Ni siquiera sabía sobre qué escribir, aunque no he dejado de reflexionar sobre mil cosas (tal vez demasiadas). Seguía apuntando cosas en mi diario, pero cada vez me cuidaba menos de disfrutar de la voluptuosidad de la escritura; de hecho, había dejado de ser un placer para mí. Por otro lado, me enviaba a mí misma emails con ideas para una futura novela. También, algo inconsciente me urgía a llevar siempre conmigo papel y boli. Compré una agenda y a veces escribí en ella pequeñas reflexiones del día, del momento, pequeños apuntes sobre lo positivo del día o sobre sucesos que “hay que” apuntar, como citas médicas, cumpleaños y grandes ocasiones.

Realmente no sé bien por qué no he escrito. Cuando queremos explicarnos algo, lo logramos, encontramos las causas sí o sí, sean o no las verdaderas causas; incluso si no había ninguna causa. Así que yo también he encontrado razones para este silencio, el silencio de mi opinión subjetiva ante diversos temas psicológicos, humanos, sociales. Estaba demasiado absorbida ahorrando tiempo para los hombres grises. Siempre supe que antes o después me visitarían. Y lo han hecho. Como es habitual, no recuerdo la visita, no recuerdo el cálculo escalofriante de las miles de horas que puedo ahorrar, vistas a la luz fría del humo de sus cigarros. Lo que recuerdo es que tengo que ir más deprisa, más deprisa, más aún, hacer más, retener más, tener más datos, muchos más, en la cabeza, y después de eso, acumular más aún. La cultura del positivismo (sobre esto ya escribiré un post más ilustrado), del ir a más a toda costa, del crecimiento por el crecimiento, incontrolado, cuanto más mejor.

Quizá me ha embaucado la creencia de que la actividad me iba a hacer olvidar la crisis de los cuarenta. Y no, al revés, la ha intensificado. Y eso que no tengo 40 (todavía). Me he dejado llevar y conquistar por la actividad por la actividad, como si fuese la rueda de un engranaje que creyese que estaba ahorrando tiempo y por tanto rejuveneciendo. Por si el trabajo no era suficiente, hice también muchos cursos, como para estar “a la última”, enterada de todo, en todas partes. Quien mucho abarca poco aprieta es el refrán que me viene ahora a la cabeza intentando describir cómo he sido este año. Al mismo tiempo, trataba de especializarme en algo en lo que ya estaba especializada, el e-learning, un sector que también requiere estar muy informado.

De fondo, tenía una sensación clara de que no podía escribir sin hacer referencias al menos a un libro, cinco enlaces, o veinte. De nuevo mostrar que abarco mucho, que me entero de todo, y que además lo aplico en seguida y produzco un texto decente, legible y entretenido.

Ahora he vuelto, no sé por cuánto tiempo, sé que ya no estoy tan absorbida. He rescatado un buen curso de Salvat sobre la práctica de la escritura, que coleccioné con paciencia en papel, y que era muy bueno. Probablemente cuando los hombres grises ya te han visitado es imposible retroceder, pero sí que se puede abrir los ojos, mirar a tu alrededor y descubrir que lo que te rodea es mucho más grande que tú. Es una forma estupenda de poner en perspectiva las miles de cosas banales que me he propuesto retener, en parte porque parece un requisito de mi trabajo, un requisito que he extendido al resto de mi vida durante este año de ahorro de tiempo. Miras más allá, abandonas la mirada miope, normalmente recogida por una pantalla de ordenador, de teléfono, de tableta… Cuando abandonas la mirada miope ves lo grande que es todo y lo pequeño que es esto tuyo, esta paja mental tan propia de manicomio.

Te invito a mirar más allá, a mirar a todo, a abarcar lo máximo con la mirada para poner en perspectiva lo que realmente abarcas tú. Es lo que he hecho, y creo que esto me ha permitido recuperar algo de cordura y de creatividad, lo suficiente para poder volver a escribir, y que tú me leas. Gracias.

domingo, 5 de octubre de 2014

¿De dónde surge la creatividad?

(Nota: las fotos que ilustran este post son mi particular visión de hacer fotos creativas).

Estoy realizando un curso sobre Solución creativa de problemas (Creative Problem Solving) en Coursera, facilitado por la Universidad de Minesota.

El curso comenzó de la manera más tonta, tonta en el sentido de infantil, desenfadada y lúdica, por lo que muchos participantes que decían ser personas muy creativas en su mundo profesional, se enfadaron mucho con toda esa estupidez y dejaron el curso.

Y es que la primera semana se nos pidió que hiciésemos lo más creativo posible siguiendo la frase: "Come algo diferente". En seguida, varios alumnos muy motivados ofrecieron todo tipo de ideas inusuales, desde comer todo de color rojo hasta comer la comida de su gato.


Observé que las mejores ideas eran las de aquellos que tenían un apoyo en su entorno, es decir, alguien dispuesto a ser tan tonto, desenfadado e infantil como el protagonista, y a recoger en foto o vídeo aquello que se estaba haciendo, puesto que era requisito imprescindible demostrar con pruebas el desafío que se había realizado.

Para nuestro diccionario, crear en su primera acepción es facultad de Dios ("producir algo de la nada") y después es establecer, fundar, introducir por vez primera algo. En nuestro curso se maneja una definición más extensa; se trata de producir algo original y útil.

Esta facultad mejora en ambientes de apertura y de conexión con los demás. Existen estudios que respaldan esa observación mía de que los mejores proyectos estaban apoyados por otros: Steven Johnson, en la introducción del libro Where Good Ideas Come From (Las buenas ideas: una historia natural de la innovación), nos cuenta que existe una relación creciente y positiva entre el tamaño de una ciudad y las "buenas ideas" que aparecen en ella, considerando las buenas ideas como: patentes, presupuestos en I+D, profesiones muy creativas, inventores, etc. Esta relación se da con una fórmula exacta. Por ejemplo, una ciudad diez veces más grande que otra no es que sea diez veces más creativa (esto sería una relación directamente proporcional), es que es 17 veces más creativa. Es una escala "superlineal".


Sin embargo, un artículo aparecido en el Newsweek, "The Creativity Crisis" (La crisis de la creatividad) nos habla de una crisis de las "buenas ideas" que comienza en los 90 y sigue hasta nuestros días. El artículo relaciona esta crisis con la formación centrada en aprobar un examen (drill-and-kill / teaching to the test). Si se da al alumno la solución a los problemas, pierde toda capacidad para imaginar o inventar soluciones alternativas. Y además, se le inculca la idea de que a cada problema solo corresponde una solución (y esta ya la dio uno muy listo en el pasado, así que no te molestes en pensar). Esta relación entre la forma de enseñar y el empobrecimiento de la creatividad también la expone Sir Ken Robinson en su ya famosa charla TED "Las escuelas matan la creatividad", y también lo apoya en otra serie de vídeos bastante interesantes de ver, como este.

Hay dos habilidades que incluye ser creativo. Una es tener un pensamiento divergente, es decir, ser capaz de generar muchas ideas únicas, y la otra es tener un pensamiento convergente, en el que combinamos estas ideas para llegar al mejor resultado. La generación de ideas se incluye dentro de un proceso que consiste en encontrar hechos, encontrar problemas, generar ideas para solucionarlos y después encontrar la solución óptima a estos problemas.

Tanto en el artículo del Newsweek como en el libro de Johnson, se viene abajo el mito de que la persona creativa está atormentada, es oscura, depresiva o neurótica. Parece ser que estas características hunden la creatividad, más que impulsarla, como sí lo hacen la motivación, la apertura y la conexión con los otros. Por ejemplo, Mark Runco, de la Universidad de Georgia, observó que no ser creativo es realmente un factor de riesgo. En particular, parece ser que hay individuos muy capaces de encontrar problemas, muchos problemas, y sin embargo no continúan el proceso a la generación de ideas para solucionarlos. Runco predijo con este estudio la ideación suicida de estas personas.

Existe un test diseñado por el profesor E. Paul Torrance, el test de Torrance, que mide la creatividad, y además predice la capacidad futura de los niños de seguir siendo creativos en sus vidas profesionales. Puedes leer más sobre este test aquí. Este test fue diseñado por este profesor en 1958. Si te apetece saber si eres muy creativo, puedes probar este Originality Assessment Engine (Motor de evaluación de la originalidad), y hacer todas las pruebas que quieras. Cuanto más intentas ser creativo, más lo consigues, y es que tenemos buenas noticias: la creatividad se puede entrenar. ¡Suerte!

lunes, 29 de septiembre de 2014

La atracción de lo sórdido

En un capítulo de la serie Mad Men, cuando el protagonista (Don Draper) evoca parte de su infancia, aparece un vagabundo que se aloja en su casa familiar por un día. Los padres de Draper mencionan los prejuicios que les evoca esta persona sucia, de ropas viejas, errante, perdida. Y se los mencionan a él, atribuyéndole aspectos negativos, como la creencia de que les va a robar la paga que le prometen por ayudarles en la granja.  Cuando el niño Draper habla con el vagabundo, la primera pregunta que le hace es: Tú no eres vagabundo, ¿verdad? Y el vagabundo le da la razón, le dice que él tuvo esa vida de oficina, mujer e hijos, casa y “seguridad”. Pero un día lo dejó todo y se fue, y entonces se sintió libre, entonces logró dormir, fuese bajo las estrellas, en un albergue o donde le sorprendiera la noche.  Esto deja al niño pensativo.

Ayer en Página 2 se hablaba de autores que comenzaron a publicar tarde, más allá de los 40. Uno de ellos, Charles Bukowski, había dicho que cuando tenía un trabajo de oficina tenía dinero, y que si se dedicaba a escribir no ingresaba nada. Pero que prefería esta situación, y que si tenía que volver a un trabajo de 8 horas de oficina, se suicidaría. En concreto, en un diálogo de El incendio de un sueño, podemos leer: “No hay ningún trabajo decente. Si un escritor abandona la creación, está muerto”.

Gary Cooper protagonizó una película de Frank Capra, Juan Nadie, en la que daba cuerpo a un vagabundo que se hace pasar por un hombre recién despedido y atormentado por ello,  inventado por una periodista a la que habían despedido realmente del periódico en que trabajaba. Este Juan Nadie, o John Doe, decía en la carta creada por la periodista que se iba a suicidar porque no soporta este fracaso. Pero a mí el que me interesa es el personaje secundario, “el coronel” otro vagabundo que le recuerda continuamente a John que se está metiendo en un lío: la verdadera libertad está en ser un vagabundo que no tiene nada, y quien nada tiene, no está atado por nada. Para el coronel, los “zapatos de tacón” son aquellos que se centran en sacar dinero a los demás, y de los cuales conviene apartarse para llevar una vida libre. Considera que John se va a acostumbrar a un montón de cosas que le van a llevar a hundirse. Como la periodista va a pagar dinero a John por hacerse pasar por el vagabundo y dar charlas, el coronel considera que este dinero va a corromper al vagabundo. Le dice que el dinero le va a llevar a entrar en restaurantes, comer cosas maravillosas y esto hace daño a la persona. El dinero funciona como una druga: primero se quiere comer bien, luego dormir bien, en una habitación confortable con cortinas y alfombras y antes de darse cuenta, ya no le es posible al vagabundo dormir a menos que sea en una buena cama. Después te abres una cuenta bancaria y es entonces cuando los hombres de zapatos de tacón te han atrapado.

Sangonera es un personaje doble en la novela Cañas y Barro, primero sale su padre, y luego él toma el relevo, asegurando el avance generacional del relato. Me fijo en el segundo Sangonera, el hijo, porque es quien mejor nos relata su filosofía de vida. Hablando con Tonet, el protagonista, Sangonera afirma una y otra vez que trabajar es insultar a Dios, porque es dar por hecho que Él no proveerá, que necesitamos más de lo que Él nos da. Para Sangonera, el fin del trabajo es atesorar “aunque sea miseria”, pensando a todas horas en el mañana. Y esto convierte a los hombres en bestias. El trabajo regular y monótono, tener una casa, una familia, tratar de asegurar el mañana; todo esto es no confiar en Dios.


Y es que me da la sensación de que todos estos vagabundos tienen “su razón”, tienen razón, lo que dicen es cierto desde un cierto punto de vista. ¿Quién puede juzgarlos? Las posesiones te poseen, es algo que las filosofías orientales llevan miles de año explicando. ¿Qué significa realmente trabajar? ¿Cuál es el fin del trabajo? Ya he reflexionado otras veces en el blog sobre esto, porque, desde que el trabajo pierde la conexión con sus resultados directos (comer, tener dónde dormir, estatus), pierde el sentido. Me imagino muchas veces que de pronto tenemos que vivir “en la selva”, sin ninguno de los medios que tenemos ahora en las oficinas; principalmente sin electricidad. Y creo que moriríamos muy rápidamente. Como decía el Coronel, nos acostumbramos a una buena cama y luego no podemos dormir.

Dedicado a Daviss.

martes, 24 de septiembre de 2013

La enzima del doctor Shinya

Recientemente adquirí un ejemplar del curioso y controvertido libro “La enzima prodigiosa” (The enzyme factor), del doctor Hiromi Shinya, editorial Aguilar. Cuando comenté a mi círculo que había leído este libro y varias cosas curiosas en él, rápidamente empecé a recibir distintos enlaces a artículos donde se critica abiertamente tanto al libro como a su autor.


Me ha parecido tan visceral la forma en que se ha criticado este libro, que quería hacer aquí una reseña del mismo, para separar el grano de la paja y que cada cual pueda juzgar por sí mismo/a.

En particular, procuraré citar otras fuentes más respetadas para cada temática que voy a mencionar, con el fin de que el lector pueda informarse y formar su opinión. Procuraré ser lo más imparcial que pueda en esta labor.

Aspectos positivos del libro
  • Desde el principio, Hiromi Shinya muestra una actitud de optimismo y lanza un mensaje tan positivo como: “lo más importante que te puedo aconsejar para disfrutar de una larga y saludable vida es hacer lo que te haga feliz. (…) El entusiasmo lleno de alegría, más que seguir perfectamente una dieta, es fundamental”.
  • La visión holística o global de la salud, el enfoque en mantener la salud y no tanto en combatir la enfermedad.
  • La recomendación de que cada uno escuche a su cuerpo y note qué es lo que le sienta mejor o peor.
  • La observación de que la dieta depende de la localización geográfica (y de los alimentos disponibles en cada zona) y por tanto no puede universalizarse.
  • La importancia de factores emocionales y psicológicos en el mantenimiento de la salud.


Críticas generales que pueden hacerse al libro
  • Está mal estructurado. Repite argumentos en diferentes partes, o añade información aquí y allá y cuesta tener una idea global de lo que se cuenta. También cuesta encontrar la información una vez se ha leído.
  • Se recurre demasiadas veces a “en mi opinión”, “tengo la teoría de”, que hacen que el libro no parezca muy científico y sí altamente subjetivo.
  • Su traducción es lamentable, como mencionan algunas de las críticas que he leído.


Hiromi Shinya: ¿quién es? ¿Es quien dice ser?
No tendría sentido continuar este análisis sin hablar primero del autor del libro. No solo el libro es ampliamente criticado y puesto en duda, también lo es su propio autor. Según el libro, “para los gastroenterólogos y cirujanos del mundo entero, el doctor Hiromi Shinya no necesita presentación. Es pionero en la cirugía colonoscópica (impulsor de la técnica –que de hecho lleva su nombre- y diseñador del instrumento utilizado para la misma)”. “En la actualidad es profesor clínico de cirugía en el Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York y jefe de la unidad de endoscopia quirúrgica del Centro Médico Beth Israel”.

Bien, pues busquemos estos lugares y veamos qué se dice en ellos del doctor Shinya.

Comencemos por la página web del Centro Médico Beth Israel, pues las críticas comentaban que él no pertenece a este centro. La dirección genérica es: http://www.wehealny.org.
Podemos encontrar referencias al doctor Shinya aquí:

Aparece su nombre, aunque no más datos y esto sí resulta extraño.

2) En este listado de servicios médicos, junto con su especialidad: “Surgical Endoscopy (Div., Medicine)”. http://www.wehealny.org/directory/directory_s.html

3) En la página http://www.wehealny.org/professionals/residency/bi_surgery.html, podemos leer (en inglés, simplemente lo he traducido): “los doctores Wolff y Shinya introdujeron la colonoscopia y la polipectomía endoscópica en los Estados Unidos. Su estudio original demostró el valor de la colonoscopia y estableció el procedimiento como el estándar de oro de la atención clínica. Su artículo también fue catalogado como un destacado artículo del siglo 20 en Colon y Rectal Surgery (Cirugía Colónica y Rectal). Beth Israel es la única institución con dos de esos logros”.

Por otro lado, en la búsqueda del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York hemos dado con su web principal, http://www.einstein.yu.edu/. En la búsqueda general que ofrece esta web no hay ningún resultado del doctor Shinya. Ciertamente, hay un Shinya, pero es Shinya Yamanakada, un doctor bastante más joven y dedicado a otros temas.

Este sí es el doctor Shinya:

Y sí parece interesado en vender sus productos, algo que también encontramos en su web: http://enzymefactor.com/index.php


Francamente, la figura del autor desde las referencias web que podemos obtener nos parece un tanto oscura y extraña. Es cierto que cuando hemos buscado a otros personajes a veces no hemos obtenido información, pero cuando se dice tan claramente que pertenecen a tal o cual institución, y de forma tan notoria, llama la atención que luego no se le encuentre en ella.

Las enzimas
Según lo que leo en Wikipedia en un texto que me ha resultado muy riguroso, las enzimas son moléculas de naturaleza proteica y estructural que catalizan reacciones químicas: una enzima hace que una reacción química que es energéticamente posible, pero que transcurre a una velocidad muy baja, transcurra a mayor velocidad que sin la presencia de la enzima. En estas reacciones, las enzimas actúan sobre unas moléculas denominadas sustratos, las cuales se convierten en moléculas diferentes denominadas productos. Casi todos los procesos en las células necesitan enzimas para que ocurran a unas tasas significativas. A las reacciones mediadas por enzimas se las denomina reacciones enzimáticas.

Las enzimas presentan una amplia variedad de funciones en los organismos vivos. Son indispensables en la transducción de señales y en procesos de regulación, normalmente por medio de quinasas y fosfatasas.

Una importante función de las enzimas es la que presentan en el sistema digestivo de los animales. Enzimas tales como las amilasas y las proteasas son capaces de degradar moléculas grandes (almidón o proteínas, respectivamente) en otras más pequeñas, de forma que puedan ser absorbidas en el intestino. Las moléculas de almidón, por ejemplo, que son demasiado grandes para ser absorbidas, son degradadas por diversas enzimas a moléculas más pequeñas como la maltosa, y finalmente a glucosa, la cual sí puede ser absorbida a través de las células del intestino. Diferentes enzimas digestivas son capaces de degradar diferentes tipos de alimentos.

Debido a que es necesario un fuerte control de la actividad enzimática para la homeostasis, cualquier fallo en el funcionamiento (mutación, incremento o reducción de la expresión o deleción) de una única enzima crítica puede conducir al desarrollo de una enfermedad genética. La importancia de las enzimas se pone de manifiesto en el hecho de que una enfermedad letal puede ser causada por el mal funcionamiento de un único tipo de enzima de todos los miles de tipos que existen en nuestro cuerpo.

Las enzimas madre
Hiromi Shinya sugiere que puede existir 
“una enzima madre, una enzima prototipo, sin especialización. Hasta que esta enzima madre se convierte en una enzima específica como respuesta a una necesidad particular, tiene el potencial de convertirse en cualquier enzima”.

Si bien es cierto que carezco de la información suficiente para poder contrastar esta teoría, lo cierto es que Shinya se apoya en el trabajo reconocido del doctor Edward Howell (1904-1991). Howell realizó diversas publicaciones al respecto de sus investigaciones para probar que las enzimas son un nutriente esencial y que al cocinar y procesar la comida se destruyen. 

Se pueden encontrar referencias de Edward Howell aquí:

Gracias al trabajo de Howell, se identificaron alrededor de 80 tipos de enzimas en el cuerpo, y hoy en día se habla de más de 5.000, dato que también menciona Shinya. Hay enzimas de 3 tipos:
  • Enzimas metabólicas, que participan en todos los procesos corporales como respirar, hablar, moverse, pensar, el comportamiento o el sistema inmune.
  • Enzimas digestivas, de las que hay unas 22 y que se crean en el páncreas.
  • Enzimas de los alimentos: están presentes en los alimentos crudos e inician el proceso de digestión en la boca y el estómago. Las amilasas en la saliva contribuyen al comienzo de la digestión mientras masticamos.


En este tercer tipo de enzimas surge la controversia: es cierto que las teorías nutricionales con base científica mencionan que las enzimas de los alimentos no pueden llegar al intestino porque se deterioran en el estómago. El doctor Shinya afirma: “la mayoría de las enzimas de los alimentos se descomponen en el proceso de la digestión y se absorben por el intestino en forma de péptidos o aminoácidos”.

Agradeceríamos aquí el comentario de algún experto.

Conclusión
En vista de que la autoridad del doctor Shinya es un tema oscuro, y a la espera de opiniones más expertas, hemos decidido no continuar analizando los temas que trata en el libro. Es cierto que Hiromi Shinya da recomendaciones muy interesantes, como beber dos litros de agua al día, masticar bien la comida o mantener una actitud optimista, pero hemos acabado estando de acuerdo con las críticas que decían que para estos consejos que todos conocemos no necesitamos comprarnos este libro.