miércoles, 15 de junio de 2016

La vuelta a la vida sencilla

Acabo de terminar de leer el libro Medicina China Tradicional. Vivir sin enfermar de Liu Zheng.

Conocí a Liu Zheng por Facebook. Empecé a seguirle, y pronto me decidí a acudir a su centro de acupuntura. Estando dentro de una cabina, escuché la voz de Liu. Tardé un rato en darme cuenta de que la voz que oía era la suya, puesto que habla un español casi perfecto. 

En efecto, fuera de la cabina vi a Liu y le escuché expresarse en perfecto español. No solo habla bien, sino que escribe correctamente, y prueba de ello es que el libro lo ha escrito en español y no en chino. Esto lo he deducido porque ciertas expresiones a lo largo del libro nos recuerdan más a otros compatriotas de Liu que no tienen tanto dominio de nuestro idioma. El hecho de encontrarse estas expresiones añade encanto al libro y nos acerca más a su autor.

He leído ya algunos libros de medicina china, e incluso he asistido a cursos introductorios, por lo que he podido comparar lo que ya conocía con lo que nos aporta Liu. Lo que destaco en este artículo son estas diferencias con otros contenidos sobre el tema.

El libro de Liu nos trae de vuelta a la vida sencilla, al sentido común, al equilibrio en nuestras vidas que actualmente están descompensadas hacia lo rápido, el estrés, la inmediatez… hacia lo yang.

A lo largo de los nueve capítulos (que son tres veces tres, y tres es un número mágico en la cultura china; también en la nuestra), Liu procura acercar la medicina china tradicional y la  medicina occidental, algo que le distingue de otros acupuntores chinos. Una anécdota: para explicar el yin y el yang, Liu hace un símil con Don Quijote (el yang) y Sancho Panza (el yin), mostrando así un acercamiento de culturas.

Lo cierto es que Liu, como le estoy llamando amistosamente, no solo es licenciado en medicina china tradicional, sino que es diplomado en fisioterapia y acupuntura en España, máster en fisioterapia invasiva y máster en aspectos clínicos en el dolor. Lo pongo así por encima y como si tal cosa, podéis ver el currículo completo en el libro.

¿Qué valores nos transmite el libro?

A pesar de todo lo que Liu ha logrado hacer en nuestro país, es una persona muy humilde; de hecho, pienso que no habría cursado ninguna titulación de las mencionadas si no hubiera sido humilde. La humildad es uno de los valores clave que Liu ensalza en su libro.

Hablando de valores, muy importante también es el valor de vivir en armonía con la naturaleza. Liu nos dice:
“el origen fundamental de las enfermedades se encuentra cuando no vivimos en armonía con la Naturaleza”.
Acercarnos a la naturaleza es uno de los mejores consejos para restablecer la paz interior.

Otro de los valores fundamentales que nos transmite Liu es el respeto a lo que fue antes de nosotros, a la sabiduría de nuestros antepasados. En sistémica diríamos que los antiguos tienen prioridad, y nos han entregado un legado. Lo moderno y cómodo parece ser echar a un lado estas enseñanzas. La medicina tradicional china las rescata y las pone al servicio de lo nuevo.

En algún sentido, este es el libro de la abuela. Digamos que tiene tres (otra vez tres) componentes, a grandes rasgos: es un libro de medicina tradicional china, es un libro de medicina occidental y es el libro de consejos de la abuela. Pues bien, los consejos de la abuela son para mí la parte más importante del libro. Quizá un estudiante de medicina china recurrirá a un libro o varios más complejos sobre esta disciplina. Un estudiante de medicina occidental hará lo propio. Pero ninguno de ellos podrá encontrar fácilmente los consejos de la abuela que se destilan de miles de años de una cultura que a veces se desdeña porque no se acierta a entender, de un análisis sabio que realiza el autor al encontrar muchas similitudes entre la medicina que trae y la que encuentra aquí y de un sentido común que se agradece encontrar por no ser tan habitual.

A lo largo del libro, Liu cuenta historias para poner en evidencia alguna explicación, son cuentos que traen de muy lejos un mensaje milenario de la cultura china y que nos entregan una pequeña gran moraleja. Además, encontramos sus consejos entreverados en los capítulos que nos hablan de cada uno de los cinco elementos. En lugar de limitarse a describir las características de los elementos y sus meridianos asociados, Liu hace reflexiones sobre la vida diaria y actual que ilustran por qué cuidar cada meridiano es importante.

¿Cuál es la clave para no enfermar?

El estrés

Comencemos por el más importante. El estrés es el “caldo de cultivo de todas las enfermedades”. El estilo de vida en el que vamos constantemente más allá de nuestro límite, es contrario al estilo de vida que nos puede proporcionar salud. Lo que hacemos sin embargo es mantener tensión, recibir un exceso de estímulos, mal comer, mal dormir… mal vivir. Con esto se nos desajustan los ritmos de un cuerpo diseñado para funcionar correctamente, y permitimos que cualquier enfermedad pueda entrar, al debilitarse nuestro sistema inmunológico.

Llegar más lejos, y más aún

No tenemos límite. O sí. El ser humano puede concebir altos niveles de desempeño, de mejora, de crecimiento… puede imaginar lo inimaginable, y esto le ha ayudado a alcanzar mundos que no estaban hechos para nosotros: volar, viajar al espacio, bucear por el fondo marino… Sin embargo, el cuerpo sí tiene un límite. Se desgasta. Se agota. Potencialmente, y con una probabilidad del cien por cien, se muere. Es algo que no solemos tener en mente cuando jugamos a llegar más lejos, más lejos aún. En la naturaleza, nada crece sin parar, todo son ciclos de nacimiento, crecimiento y muerte. Lo mismo aplica a las empresas, aunque insistan en ganar siempre más que el año anterior, de forma indefinida. Bien, pues al menos 4 empresas en las que he trabajado a lo largo de mi vida ya no existen.

Tenemos una especie de batería que es el Chi almacenado en los riñones, con el que nacemos y que se va desgastando. En principio esta energía no puede reponerse, por lo que es interesante cuidarla. Además, es importante ser conscientes de cuánta energía tenemos de nacimiento, porque no todos tenemos la misma cantidad, y por ello, no todos podemos alcanzar las mismas metas, o no de la misma forma.

Liu nos lanza la pregunta: ¿hasta cuándo tensarás la cuerda?
Cualquier mínimo síntoma de malestar significa que tu cuerpo te está avisando de que se está acercando al límite. Por favor, hazle caso. Escúchale, reflexiona, no permitas que tu cuerda se rompa.

El victimismo

En occidente vamos al médico para que nos solucione los problemas, haciendo preguntas retóricas: “¿Por qué me viene todo a mí?” En muchas ocasiones, nos prescriben un ansiolítico y nos mandan a casa. También acudimos al médico de medicina china tradicional a lo mismo, pero entonces él/ella nos responde que para curarnos, tenemos que  responsabilizarnos de nuestra salud y comprometernos a cambiar los hábitos. Es decir, no es el médico el que te cura, te curas tú y el médico te apoya y orienta para ello. El mejor médico es el que no tiene pacientes...

Lo que le viene a cada uno, lo que le toca vivir, es muchas veces consecuencia de una acción propia anterior, lo que en la sistémica se llama compensación. Puede que hayamos alimentado la ansiedad y ahora nos encontremos una enfermedad grave, o puede que hayamos provocado tiranteces en las relaciones. Solo recibimos la respuesta.

El agotamiento entra por los ojos

Frente a un conjunto de grandes empresas muy interesadas en que “nos hagamos digitales” (me imagino a una persona en un váter, muy digital todo), estamos los consumidores con la capacidad de elegir si nos hacemos o no digitales y cuándo. La realidad es que la mayoría de nosotros nos hemos convertido en un producto que suministra constantemente datos a estas grandes empresas, lo que a su vez les permite conocernos muy bien y aumentar nuestra adicción a las redes.

Liu hace una reflexión: si vemos desde fuera a una persona mirando fijamente a una pantalla, realmente nos parecerá que está castigada contra la pared. Así de triste es la imagen externa de una persona consumiendo información audiovisual. Cuanto más pequeña la pantalla, más ridículo parece. Esto me recuerda a este artículo que he leído hace poco.

La importancia del presente

Respiramos vida, aquí y ahora. Las personas que te quieren están en el presente. No solemos vivir en él, normalmente nos anclamos en el pasado o nos dedicamos a imaginar el futuro. Otras veces, estamos en un lugar pero mantenemos la mente ocupada en otro: en el trabajo pensamos en los hijos, en casa recordamos lo que quedó pendiente del trabajo, estamos en el sillón dándole vueltas a una meta que no conseguimos… mente y cuerpo van cada uno por un lado y esto nos mantiene disociados, lo que nos conduce a la enfermedad.

Es a través de la meditación como Liu nos propone volver al presente. La meditación se puede aprender y está demostrado que aporta muchos beneficios (hay muchos estudios sobre esto: busca en Google J). Con la meditación calmamos la respiración y calmamos la mente, poco a poco encontramos momentos en que la mente se queda en blanco, vaciamos el pensamiento, nos liberamos de las tensiones.

Algunas perlas

Finalmente, me gustaría terminar con algunas frases cortas que me han parecido importantes, pequeños regalos que nos hace el autor a lo largo del libro:
  • La prepotencia no ayuda al progreso; la humildad, sí.
  • No sirve de nada tratar el cuerpo mientras la mente sigue bloqueada.
  • Existe un principio innato en la vida: avanzar.
  • Con la cabeza baja no podemos mirar hacia adelante, la mente se queda retenida en el melancólico recuerdo del pasado.
  • Aprende a relajarte.
  • ¿Qué hora es? Mira al sol. El ritmo biológico está regido por la luz solar.
  • La cama más cara del mundo es la del hospital.
  • Mantén un corazón limpio y con pocos deseos.

Te recomiendo leer el libro, esto no es más que una crítica subjetiva y centrada en mis intereses. La edición es bastante bonita, con ilustraciones, y cómoda de leer. Puedes aprender muchas cosas del doctor Liu Zheng.

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