viernes, 1 de junio de 2012

Estimada rata:


En estos tiempos no solo se han llevado el queso de donde lo tenías localizado, sino que te recorres el laberinto y no encuentras ni ese ni ningún otro queso. Pero el queso no se lo ha comido otro. El queso ha sido abducido.
Los tiempos exigen que nos identifiquemos con ratas, con cuervos, con buitres: rebuscando en la basura, recogiendo lo que rechazan otros, atacando todos a una un objetivo para poder derrumbarlo… y comerlo.

Lo que más me llama la atención es que veo personas muy válidas a las que les está costando encontrar una fuente de ingresos, mientras hay personas muy acomodadas en su puesto de toda la vida, ya sea en empresa pública o privada, que piensan que esto de la crisis no va con ellos.

Ayer decía Jean Ziegler que hay alimentos suficientes para alimentar al doble de la población mundial, así que la escasez la están provocando grandes corporaciones concretas, identificables, señalables y condenables.
Vamos, que como decía, el queso anda por algún lado. “debe haber”, “debe haber”… esto decía un alumno mío de contabilidad. Sí, justo por el Debe y el Haber de algunas empresas, de algunos bancos, es por donde se ha colado el queso. Al tomar formato contable, ahora no hay quien se lo coma.

Entoces, ¿qué hacer? ¿Peregrinaje en busca de otros laberintos con sus correspondientes quesos? ¿Permanecer en el sitio a ver si por arte de magia cae otro queso en la misma casilla? ¿Empezar a comerse las paredes del laberinto, que igual también alimentan?

Reaccionar es necesario, pero exige un esfuerzo mucho mayor, justo cuando menos fuerzas se tienen. No es lo mismo continuar con una rutina de comodidad que actuar para que la rueda gire en sentido contrario. No es lo mismo actuar lleno de energía que actuar desde el miedo, la tristeza o la desesperación.

Por eso creo que ahora lo que se impone es colaborar. No solo colaborar virtualmente en la red, sino ayudarse de verdad, avisarse, construir redes de trabajo que puedan proveer con costes muy bajos y sin la pesada estructura de una empresa. Estaríamos hablando de un tejido empresarial no ya formado por pymes, sino por micro-pymes o incluso individuos que son su propia marca.

Así que el paso es madurar, ser adulto, ser autónomo en las dos acepciones, y ser capaz de liberarse de la estructura de laberinto que tiene actualmente nuestra sociedad.

¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo?

Déjanos tus comentarios… y ¡Feliz San Viernes!

2 comentarios:

  1. Pues totalmente de acuerdo, porque no me negarás que esto se veía venir... yo voy más allá, creo que hace falta replantearse muchísimas cosas, sobretodo el concepto de lo que necesitamos.
    Abrazos autónomos

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  2. No puedo estar más de acuerdo. Y muy de acuerdo con Shubhaa también. Aquí estoy, que como no encuentro mi queso estoy aprendiendo a fabricarlo con las materias primas que poseo, reinventado y tratando de ser autónoma...
    Un abrazo y gracias por la reflexión!!

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