viernes, 7 de diciembre de 2012
¿Progreso? ¿Avance? ¿Hacia qué?
miércoles, 28 de noviembre de 2012
A punto de salir del armario
Y el ferro es el ensayo para que las imprentas trabajen con un modelo del libro que van a producir.
Este ferro, sin embargo, no es igual a la obra definitiva; es una prueba.
Gracias a mi equipo motivador, que ha estado ahí cuando era necesario leer las pruebas del libro, hemos descartado esta portada, porque no reflejaba bien lo que se quiere transmitir con Humedades en el desván.
Tengo la sensación de que cuando se publique este libro saldré del armario. Y no el sentido que se le suele dar, sino en otro, pero de igual forma, había algo que escondía en el armario y con este libro lo voy a airear bien.
El título se lo debo a Marta Jiménez, compi coach del segundo curso de coaching que hice. Entre las dos, hablando sobre el tema, salió esta expresión. En el dibujo del ferro que nunca verá la luz se refleja precisamente el significado de este título.
En breve, podré compartir con vosotros/as el de verdad.
martes, 20 de noviembre de 2012
O virgen o puta
Después de más de 3 meses sin escribir, la lectura de un libro interesantísimo, The moral animal (el animal moral), me trae a estas páginas.
Y es que hasta ahora pensaba que esto de "o virgen o puta" venía de algún fragmento del refranero español. No suponía que en realidad los antropólogos estudian esta dicotomía, lo llaman "the Madonna-whore dichotomy". Dicho en inglés parece que se suaviza.
Pero no, en realidad se hace todavía más duro, porque parece ser que tener en mente en esta polaridad puede tener orígenes evolutivos. El hecho de que una mujer se aventure libre y alegremente en el terreno sexual, la lleva rápidamente al extremo opuesto de la polaridad, y esto hace que le sea más difícil encontrar una pareja estable.
Se observa en tribus de todo tipo que los hombres colocan a las mujeres en uno de estos dos cestos con el fin de distinguir claramente si merece la pena para él hacer una "inversión parental" como padre de las criaturas de esta mujer. Incluso con la existencia de anticonceptivos, el mecanismo heredado de la evolución sigue ahí, y se enfrenta a un córtex más elevado pero con menos peso evolutivo.
No porque la selección natural nos haya creado significa que tengamos que seguir sus planes de forma esclavizada. Pero sí es necesario saber qué puede haber detrás de elecciones de pareja en ambos sexos. De la misma forma que las mujeres se plantearán en general reservarse para un compañero que les asegure apoyo para su descendencia, los hombres se plantearán probar "con todo lo que se mueva" (y está así escrito en el libro de Robert Wright), a menos que decidan hacer una inversión parental y se queden al lado de una de esas "Madonnas".
A pesar de lo libres que nos podamos sentir en el S. XXI, lo cierto es que las mujeres no mostramos el mismo comportamiento que los hombres.
En un experimento, tres cuartas partes de los hombres a los que se aproximó una mujer desconocida de la universidad en que estaban, aceptaron tener sexo con ella, mientras que ninguna de las mujeres a las que se acercó un hombre desconocido aceptó el trato.
En conclusión, cierto libertinaje en los hombres y cierta reserva en las mujeres son innatos en alguna medida. Aquellas mujeres que no se comportan con reserva, pueden también conseguir una buena descendencia, si bien parece ser que la descendencia de parejas estables es más fuerte y sale mejor adelante que la de mujeres sin pareja.
Lo que sí acaban haciendo ambos sexos es engañar. Los hombres engañan a las mujeres buscando una más joven, que les va a dar la oportunidad de tener descendencia durante más años. Las mujeres engañan a los hombres si consiguen que uno les provea de recursos y aparece otro por el horizonte que les puede proveer de genes fuertes. A los hombres les duele y resulta casi imposible tolerar el engaño físico, mientras que lo que no pueden superar las mujeres es el engaño emocional, el pensar que su hombre pueda querer a otra mujer.
En cualquier caso, a diferencia de otros primates como los chimpancés o los gorilas, nuestra especie parece estar hecha para las relaciones de larga duración, que aseguran el desarrollo óptimo de la descendencia. Por ello, tampoco el modelo de Don Juan es adaptativo desde el punto de vista de la evolución. Conquistar a una mujer cada semana y dejarla abandonada no asegura que la descendencia vaya a salir adelante.
En resumen, ni virgen ni puta, ni Don Juan ni cornudo; somos animales venidos a más gracias a la adaptación de nuestros rasgos evolutivos.
jueves, 2 de agosto de 2012
Iba en el tren, leyendo a Murakami...

«… soy licenciada en educación infantil por la universidad complutense, colegiada con el número XXXX, he dado clases a niños de 3 a 4 años y de 4 a 5 años, y ahora que no tengo trabajo [no he llegado a oír lo que había pasado con su puesto] tampoco he podido pagar la casa, y me desahucian.
»Lo habéis podido ver en Cuatro, en Callejeros, han venido los policías a mi casa y nos han echado, a pesar del apoyo de la plataforma contra los desahucios. Los policías agarraron a mi hija de 16 años del pelo, la querían llevar a rastras, los de la plataforma intentaron impedirlo, ahora hay una denuncia por agresión a los agentes, cuando la agresión fue de ellos hacia nosotros…»

»Yo antes estaba a ese otro lado, sentada, y no le deseo a nadie de ustedes que tenga que estar en mi lugar, de pie, en medio del vagón…»
sábado, 28 de julio de 2012
Tenemos lo que queremos
sábado, 21 de julio de 2012
Avergonzada de ser española... cambié de opinión

“sí, en Normandía se ha desembarcado, pero aun así, el verdadero ataque sigue preparándose para ser realizado en Calais”.
“los promotores del olvido creen haber precintado la memoria”.
http://bontips.blogspot.com.es/2009/11/mi-nombre-es-pujol-juan-pujol.html
martes, 3 de julio de 2012
La cultura del presentismo
Ya habíamos hablado en nuestro blog sobre la importancia de conciliarla vida laboral con la personal.
viernes, 29 de junio de 2012
Mario Balotelli
lunes, 18 de junio de 2012
Vacaciones de verano... ¿para ti?
viernes, 1 de junio de 2012
Estimada rata:
viernes, 27 de abril de 2012
Un poquito de e-learning
Esta imagen es un ejemplo de pantalla que puedes encontrar en la formación por ordenador, e-learning, concebida por un diseñador instruccional.
¿Qué es un diseñador instruccional?
Además, es importante dotar a la información de un contexto. De otra forma, es muy fácil ignorar elementos que se desconocen. Por ejemplo, cuando alguien escucha un término que no significa, tiende a eliminarlo de la información global que recibe, o peor, le da el significado que se le ocurre.
miércoles, 14 de marzo de 2012
¿Hace bueno?

Esto de que “hace bueno” lo vamos a tener que revisar. ¿Qué es hacer bueno? ¿Qué es bueno?
Cada día me levanto, me asomo y me digo: “otro día… igual”. Ninguna nube, aire frío al amanecer, calor al mediodía. Un hongo creciente sobre la capital y que se extiende a muchas de sus ciudades.
Es buen tiempo porque la humedad es contraproducente para muchas dolencias: artritis, reumatismos, enfermedades crónicas, problemas de estómago…
Es buen tiempo porque la ropa no tiene que ser tan pesada, no hay que llevar paraguas, no hay que incomodarse.
Es buen tiempo porque por primera vez vamos vestidos por la calle igual que en la oficina: como si todo el año fuese verano (excepto en verano, en que en la oficina debe vestirse de invierno.
Pero yo pienso que no, que no hace bueno. Y eso que a mí el tiempo que está haciendo, este verano en el invierno, me sienta mucho mejor que el invierno habitual.
Y es que una atmósfera poco húmeda provoca más electricidad estática. Igual que los electrones están alterados, parece que la gente está alterada, estresada, y esto solo puede ir a más con la primavera a la vuelta de la esquina.
Esta sequedad provoca multitud de síntomas incómodos: prolongación de las alergias, problemas respiratorios, estreñimiento, problemas de la piel…
Y por eso reitero que lo bueno se define de forma relativa. En Economía se estudia que es peor demasiado que demasiado poco. Esto significa que, cantidades excesivas de cualquier “bien” (bien, cosa buena) lo acaban convirtiendo en un “mal” (mal, cosa mala). Demasiado “buen tiempo” acaba siendo malo de la misma forma que demasiada agua puede anegar cosechas y desbordar ríos. Por esto nunca llueve a gusto de todos… ni a gusto de todos luce el sol.
Luego hay todo tipo de teorías, tanto las que defienden que este cambio en el clima lo ha provocado el ser humano como las que consideran que es ajeno a nosotros. Parece ser que ha habido bruscos cambios climáticos (en unos 50 años) en otras eras. Sea o no externo, cualquier medida que haga mejorar el medio ambiente será bienvenida. Si menos coches acceden a las capitales, menor será el hongo de contaminación. Otro concepto económico: ir en coche es bueno para mí y malo para los demás, pone el bien propio por encima del bien ajeno. La contaminación es una externalidad negativa, una consecuencia “mala” de algo que se supone que era el consumo de un “bien”.
A ver si deja de hacer bueno.
viernes, 9 de marzo de 2012
Que las cosas las haga otro

No me quiero molestar. No quiero hacer un esfuerzo. No me interesa tener que elegir. Que elija otro.
Estas son las consignas de la sociedad de consumo elevada al grado máximo: el consumidor como soberano, recostado en un rico diván, pagando para que otro le presente todo tipo de bienes y servicios, preseleccionados, y le indique lo que le va bien.
Por el lado positivo, surgen nuevas figuras ¿impensables en un tiempo anterior?: la señora que te cocina la comida, el señor que te hace los recados, o los trámites y papeleos, la personal shopper que te dice qué ropa puedes llevar y qué colores te favorecen, la que te limpia la casa, plancha tu ropa y lleva y recoge a tus niños. E incluso, el que te pasea al perro o cuida de él durante las vacaciones.
Hay un cuento oriental en que un príncipe ve ejecutar un baile bello y complejo, y se pregunta: “¿Por qué no buscan a alguien que lo haga por ellos?”. Lo imagino recostado, con sobrepeso, con una expresión de aburrimiento, de desidia, viendo a esforzados bailarines tratar de lograr la perfección ante sus ojos.
Y llegamos al lado negativo: cada vez que es otro quien nos saca las castañas del fuego, perdemos la oportunidad de hacerlo por nosotros mismos. Perdemos la oportunidad de entrenar habilidades, de aprender métodos más óptimos de lograr algo. Sobre todo, perdemos la oportunidad del disfrute, nos privamos de entrar en el estado de flujo al realizar una actividad; al “hacer” frente al “ver”.
El dejar que otro haga las cosas se extiende de forma soterrada y pulposa a otras esferas. Ya no hablamos de pagar a alguien para que nos “ahorre tiempo” (el tiempo NO se puede ahorrar), hablamos de dejar que sean otros quienes resuelvan por nosotros los problemas de trabajo… o las tareas del hogar. La expresión es algo así como: “Si cuela…”. En lugar de meterse hasta el fondo en una cuestión, “mancharse las manos”, sumergirse en los factores que influyen en una situación, la cultura del no me quiero molestar nos lleva a permanecer al margen.
Permanecer al margen puede ser interesante cuando vives la vida con conciencia plena, en primera persona, con una visión directa de la realidad. Esto no es lo común. Lo común es que, quien permanece al margen, esté anestesiado y viva la vida como si estuviera soñando… o teniendo una pesadilla.
Realmente estamos presentando dos casos extremos: la plena acción y consciencia y la falta de acción e inconsciencia. Es un continuo sobre el que nos situamos todos. ¿Hacia dónde prefieres tender?
Feliz San Viernes.
domingo, 4 de marzo de 2012
¿Te tomas 10 minutos?

El pasado 2 de marzo (San Viernes por más señas), hice una presentación-charla de mi libro Estar Mejor Que Bien.
A ella asistieron varias mujeres esperando que yo les hablara de los diversos temas que trato en el libro. Sin embargo, lo que a mí me interesaba es que ellas me hablaran de sus experiencias, de sus impresiones, vivencias e intuiciones, sobre diversos aspectos del desarrollo personal. Me apetecía conocerlas mejor, saber qué aspectos les podían ayudar e interesar.
¿Qué es la meditación?
Uno de los temas que surgió es qué es la meditación, y qué importancia puede tener. Existen miles de definiciones sobre lo que es y deja de ser meditar, basadas en unas u otras creencias. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que meditar es poco más que no hacer nada, o que hacer algo y solo eso. Por ejemplo, cortar cebollas. En otra charla similar, una participante comentó: "Yo medito cuando corto cebollas".
Acallar el ruido permanente de nuestro cerebro es curativo. Es relajante, ayuda a re-conectar con nuestro yo más profundo, elimina lo accesorio, diluye las preocupaciones sin sentido... La quietud de la mente descontamina de toda la información que se nos ha ido quedando de forma pegadiza o pegajosa, como esas canciones repetitivas que uno no consigue quitarse de la cabeza.
La meditación te ayuda a ser feliz
Está demostrado que hacer meditación ni es difícil (es decir, no se trata de una técnica avanzada e incomprensible), ni es perjudicial. Todo lo contrario: desarrolla la capacidad de ser feliz. La alegría solo es posible desde la calma, desde la activación del sistema nervioso parasimpático. Pasamos demasiadas horas al día con el sistema nervioso simpático altamente activado. Demasiadas horas liberando cortisol, adrenalina. Pocas horas liberando endorfinas. Pocas horas solo "siendo", "estando".
Hay a quienes esto de "meditar" les suena muy aburrido. Son incapaces de frenar, tomarse diez minutos les parece una pérdida de tiempo. Cuanto más rechazo provoca la idea de parar sin hacer nada, de "hacer no haciendo", como dicen los taoístas, más necesario puede resultar.
¿Vives en un estado constante de miedo?
Se viven tiempos de incertidumbre, de carencia, de freno... de MIEDO. El miedo nos bloquea, es la emoción más restrictiva, estanca nuestra energía, nos ata casi literalmente de pies y manos. Ante esto, el comportamiento en las empresas es de locura. Es moverse como un pollo sin cabeza. Ahora más que nunca, en medio del pánico, del caos, del futuro incierto con tintes tenebrosos, es cuando es importante aprender a parar, respirar hondo, y meditar.
Para saber más:
http://www.bubok.es/libros/207244/Estar-Mejor-Que-Bien
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/02/espana/1330679766.html
lunes, 13 de febrero de 2012
Relatos siniestros...

sábado, 28 de enero de 2012
¿Dependes de un aparato electrónico?

Tres días sin él, y he pasado el síndrome de abstinencia, concretamente, de abstinencia de Internet. Sin mi ordenador, he notado una sensación de aislamiento y soledad en casa. Si no hubiera tenido televisión me habría echado a las calles para buscar gente.
Creo que Internet crea una falsa sensación de estar con gente, es un engaño para el cerebro. Y además, crea una falsa sensación de que la gente es divertida, positiva, comprometida socialmente. Y yo estoy permitiendo que mi cerebro se engañe tanto con la ilusión de estar en relación con otros como con la ilusión de estar ocupada, tener quehaceres. En lugar de dedicarme a quehaceres reales, hago un montón de cosas en el ordenador que no sirven para nada y que roban mucho tiempo. Es una droga de la inconsciencia.
En estos tres días, me ha dado por llamar a varias personas de las que no me habría acordado si hubiera encendido el ordenador. Es más, de algunas solo me habría acordado al ver sus emails. De otra forma, es como si esas personas hubieran dejado de existir.
Y esto me pasa a mí que nací sin ordenadores. ¿Y a las generaciones que nacen con esos cacharros en las manos (iPod, iPad, tableta, smartphone,…)? Creo que esto aumenta la ilusión de no ser animales, pero desgraciadamente aleja las posibilidades de autodefensa en el caso de que se produjesen situaciones extremas, como un conflicto bélico.
Es increíble, porque sin el ordenador, la vivencia del silencio es mucho más intensa. También la relajación, la vivencia de un tiempo ralentizado, vacío, la ausencia de la sensación de que “hay que” darse prisa por algo.
He observado que el trabajo con el ordenador, incluso fuera de Internet, da una falsa sensación de prisa, como si hubiera que hacer todo corriendo, apagar fuegos, alarmas. Cuando lees un texto en pantalla, no lees con la paz y tranquilidad con que lo harías si estuviera en papel. Además, te cansa mucho más.
Normalmente, ninguna información en el PC es como una hoja con letras y punto. Es como tratar de leer una hoja con letras muy juntas y pequeñas mientras te asaltan anuncios de colores, cada vez más dinámicos, que dividen tu atención. Si además de eso te saltan mensajes de que te ha llegado un email, de que se va a instalar una actualización, de que va a iniciarse el antivirus, de que tu equipo está en riesgo, de que alguien te escribe por Skype o por Msn… ¿quién puede concentrarse en una tarea? ¿Qué calidad de trabajo puede salir de ahí?
En lo que quiero hacer hincapié es en la irrealidad de la urgencia que imprime a nuestras vidas un aparato de estos. La urgencia no es real. No hay urgencia. Además, la importancia de los hechos está además trastocada: todo parece tener el mismo nivel de importancia, excepto lo que “llama” en ese momento tu atención, que se pone en el primer lugar, haciendo que todo lo demás se interrumpa.
La vida de tu cuerpo languidece mientras estás conectado/a. Tu verdadera vida social se resiente mientras estás conectado/a. Tu nivel de estrés aumenta y tu capacidad de respuesta creativa disminuye cuando estás conectado/a. Tus posibilidades de autodefensa reales, tus instintos salvajes, tu fuerza natural, se extinguen mientras estás conectado/a. Desconéctate un rato.
lunes, 2 de enero de 2012
El día de la marmota

Hasta ahora, todo ha consistido en superar una serie de fases, más o menos obligatorias, con la sensación de que todo debe ir a más, a mejor, sin haber un máximo, o con un máximo tan lejano que parece inalcanzable. ¿Puedes cambiar tus creencias para que esto deje de ocurrir?
Tengo la sensación de que, en realidad, no hay nada que hacer. El mundo se podría terminar en el 2012, como algunos auguran, y no quedaría realmente nada pendiente. Piénsalo: todos los años de vida laboral que nos quedan. En mi caso, más del doble de lo que llevo. Todo eso queda por hacer, pero nada de eso existe ahora, en este momento.
Por mi parte, he decidido dejar de creer en la progresión a mejor, en la ambición. Me parece que cuanto más sube una persona, más se aleja de su centro, de quien es de verdad.
He decidido vivir cada día el día de la marmota: solo importa el presente. Me funciona estar muy consciente del presente. Si es bueno, para disfrutarlo en grado máximo. Si no es tan bueno, para cuidarme de la mejor forma posible. Esto significa que se vive con lo que se tiene hoy, no con lo que se tuvo ayer ni con lo que se imagina tener mañana.
La mayor fuente de frustración es vivir el presente como algo provisional, algo que acabará, que nos ocurre por error, tal como también defiende Viktor Frankl. Si uno cree que se librará de su situación porque le tocará la lotería, su jefe se jubilará, su jefe morirá, etc., entonces sufre continuamente, dado que estas expectativas no siempre se ven cumplidas. Se viven estas situaciones como si verdaderamente hubiera otra oportunidad para, ya sí, ser felices, otra vida después... Éste es un gran error.
Yo voy a reproducir la película del día de la marmota ("Atrapado en el tiempo") desde el momento en que el protagonista, una vez que se ha suicidado de las más diversas formas, decide empezar a mirar a su alrededor. En lugar de disfrutar de su tiempo linealmente hacia un futuro distinto (y mayor, mejor), lo disfruta de forma síncrona, en el momento presente, y observa cada vez detalles distintos. Además, como está atrapado en el tiempo, se entretiene en aprender a tocar el piano, aprende francés, e incluso aprende a colar naipes dentro de un sombrero. Porque total, da igual. Está en una especie de cárcel... hasta que empieza a ayudar a los demás.
Paradójicamente, desde el día en que decidí vivir cada día en el día de la marmota (y “día” lo he repetido para divertirme un rato), empecé a hacer cosas distintas. Por ejemplo, como el tiempo ya no cuenta, pues he decidido repasar gramática inglesa. Sé que suena a pestiño pero para gustos no hay nada escrito. También me he puesto a hacer cursos de formación continua, una afición que llevo cultivando varios años. Por otro lado, como el tiempo no cuenta, estoy estudiando medicina tradicional china. Y quién sabe si incluso estudiaré chino, después de todo.
Antes de tomar esta determinación, opinaba que es absurdo estudiar un idioma siendo adulto, porque está demostrado que no se llega a fijar en las estructuras neuronales, ni se llega a pronunciar sin acento. De hecho, el propio Richard Vaughan defiende con razón que el idioma sin acento se aprende antes de los 6 años. El caso es que, como los 6 años míos quedaron atrás, creo que ahora ya da un poco igual tener 37 que tener 43.
¿Cómo lo ves? Te sugiero que lo pruebes durante unos días, al menos. Da una gran sensación de libertad, y quita una gran carga de estrés al eliminar la creencia básica “debo mejorar cada día”. Además, como te sitúas en el día de la marmota y sabes que al día siguiente volverás a encontrarte con lo mismo, pues empiezas a tener un agradable sentimiento de que no queda nada por hacer, y de que puedes hacer lo que te dé la gana.
En fin, comparto este gran descubrimiento con todos/as vosotros/as con la esperanza de que os pueda servir.