En estos tiempos no solo se han llevado el queso de donde lo
tenías localizado, sino que te recorres el laberinto y no encuentras ni ese ni
ningún otro queso. Pero el queso no se lo ha comido otro. El queso ha sido
abducido.
Los tiempos exigen que nos identifiquemos con ratas, con
cuervos, con buitres: rebuscando en la basura, recogiendo lo que rechazan
otros, atacando todos a una un objetivo para poder derrumbarlo… y comerlo.
Lo que más me llama la atención es que veo personas muy
válidas a las que les está costando encontrar una fuente de ingresos, mientras
hay personas muy acomodadas en su puesto de toda la vida, ya sea en empresa
pública o privada, que piensan que esto de la crisis no va con ellos.
Ayer decía Jean Ziegler que hay alimentos suficientes para
alimentar al doble de la población mundial, así que la escasez la están
provocando grandes corporaciones concretas, identificables, señalables y
condenables.
Vamos, que como decía, el queso anda por algún lado. “debe
haber”, “debe haber”… esto decía un alumno mío de contabilidad. Sí, justo por
el Debe y el Haber de algunas empresas, de algunos bancos, es por donde se ha
colado el queso. Al tomar formato contable, ahora no hay quien se lo coma.
Entoces, ¿qué hacer? ¿Peregrinaje en busca de otros
laberintos con sus correspondientes quesos? ¿Permanecer en el sitio a ver si
por arte de magia cae otro queso en la misma casilla? ¿Empezar a comerse las
paredes del laberinto, que igual también alimentan?
Reaccionar es necesario, pero exige un esfuerzo mucho mayor,
justo cuando menos fuerzas se tienen. No es lo mismo continuar con una rutina
de comodidad que actuar para que la rueda gire en sentido contrario. No es lo
mismo actuar lleno de energía que actuar desde el miedo, la tristeza o la
desesperación.
Por eso creo que ahora lo que se impone es colaborar. No solo
colaborar virtualmente en la red, sino ayudarse de verdad, avisarse, construir
redes de trabajo que puedan proveer con costes muy bajos y sin la pesada
estructura de una empresa. Estaríamos hablando de un tejido empresarial no ya
formado por pymes, sino por micro-pymes o incluso individuos que son su propia
marca.
Así que el paso es madurar, ser adulto, ser autónomo en las
dos acepciones, y ser capaz de liberarse de la estructura de laberinto que
tiene actualmente nuestra sociedad.
¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo?
Déjanos tus comentarios… y ¡Feliz San Viernes!
Pues totalmente de acuerdo, porque no me negarás que esto se veía venir... yo voy más allá, creo que hace falta replantearse muchísimas cosas, sobretodo el concepto de lo que necesitamos.
ResponderEliminarAbrazos autónomos
No puedo estar más de acuerdo. Y muy de acuerdo con Shubhaa también. Aquí estoy, que como no encuentro mi queso estoy aprendiendo a fabricarlo con las materias primas que poseo, reinventado y tratando de ser autónoma...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por la reflexión!!