Quiero ver: Una pequeña demo de la historia de Garbo
Avergonzada de ser
española, avergonzada de toda la clase política, su ceguera y su sordera, y
poniendo la mirada en otros países donde no se lucha para llegar más rápido a
la Gran Depresión, recupero un poco la esperanza cuando veo la historia de Joan Pujol García, “Garbo”.
Es una historia que
desconocía, y que encuentro apasionante: un hombre “común” que sin embargo
decide luchar contra el fascismo que había vivido en su Cataluña natal, se hace
pasar por agente doble tanto para los aliados como para los fascistas en la
Segunda Guerra Mundial.
Al principio, los
ingleses no quieren trabajar con él y su esposa Araceli. ¿De dónde han salido,
qué saben, cómo nos van a poder ayudar? Después, cuando Pujol se acerca a los
nazis que tanto le repelen y les ofrece sus servicios, consigue convencerlos, y
con esto, los aliados también aceptan sus capacidades como agente doble.
Pujol, desde Lisboa,
fue capaz de inventar hasta 22 agentes residentes en el Reino Unido, lugar en
el que nunca había estado, y cada agente tenía su historia, su lugar de
residencia, su personalidad, y su manera de informar.
Este tinglado tan
fantasioso funcionó a la perfección, tanto, que facilitó en un momento dado el
desembarco de Normandía, al hacer creer Pujol que en realidad el verdadero
ataque se haría sobre Calais. Llegó hasta el mismísimo Hitler el mensaje de
“sí, en Normandía se ha desembarcado, pero aun así, el verdadero ataque sigue preparándose para ser realizado en Calais”.
Mientras todo esto
ocurría, mientras se acercaba “el día D” del desembarco y Pujol trabajaba a destajo
para mantener el engaño de los alemanes, Raimundo Hurtado Hoyos continuaba en la
cárcel de Guadalajara, cuatro años después de ser apresado por imprimir panfletos,
y esperando a que pasasen otros 3.
Raimundo Hurtado
Hoyos fue otro español de esa época tan convulsa que me hace recuperar cierto
orgullo por esta nación. ¿Por qué? Raimundo no fue agente doble, no influyó
directamente sobre las acciones de un dictador nazi, ni salvó a España de
ningún ataque. Sin embargo, Raimundo mostró humanidad, optimismo, nobleza y
entereza ante las torturas, experimentos médicos, el hambre y la enfermedad, provenientes
de la España nazi.
Me escalofría ver el
documental de “Hitler, Garbo… y Araceli” como algo del pasado, mientras leo
sobre Raimundo Hurtado Hoyos como algo que acaba de pasar. ¿Por qué siento
esto? Es como si no se hubiese curado esta herida. El propio libro lo dice al
final: “Estos edificios… esas cárceles”. Muchos de los edificios que tenemos en
el centro de Madrid fueron cárceles (o checas) improvisadas para “interrogatorios”
(es decir, torturas) durante los primeros años de la posguerra.
Si estos edificios estuvieran
abandonados pero aún en pie (como se pidió que se hiciese con la cárcel de
Carabanchel), para mostrar al mundo lo que hubo, lo que fue, entonces lo
sentiría como pasado. Pero edificios como “Gobernación” solo han lavado su cara
para ser “el reloj inofensivo de la puerta del Sol”. Y es que claro, estos edificios
ya existían de antes y fueron ocupados. Fueron ocupados.
Lo que realmente me
anima a escribir sobre Pujol y Hurtado Hoyos es que toda una historia convulsa,
muy reciente, sigue pesando sobre las cosas que ocurren ahora. Por mucho que
queramos echar tierra, el muerto está muy vivo. Como afirma Giulia Tamayo,
“los promotores del olvido creen haber precintado la memoria”.
Se desollaron los
derechos humanos en aquellas reclusiones de personas inocentes. Se desollaron,
se degollaron, se fusilaron.
Sobre Raimundo
Hurtado Hoyos, y “esas cárceles”
Sobre Joan Pujol
García, y ese “pasado”
http://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Pujol
http://bontips.blogspot.com.es/2009/11/mi-nombre-es-pujol-juan-pujol.html
http://bontips.blogspot.com.es/2009/11/mi-nombre-es-pujol-juan-pujol.html
La verdad es que el documental sobre Garbo me gustó mucho, es admirable la inventiva y la capacidad de persuasión que tenía. Este país es capaz de lo mejor pero también de lo peor!
ResponderEliminarAbrazos sin espías