Regla nº1: gasta menos de lo que ingresasRegla nº2: ingresa más de lo que gastas
1. Haz una lista de la compra: parece una tontería, pero cuando uno se atiene a la lista, compra menos y mejor. Si vamos por el supermercado mirando a nuestros dos lados, creeremos estar en el paraíso del capricho incesante, de la necesidad permanentemente insatisfecha, del deseo continuo... Si nos atenemos a la lista, compramos marcas blancas y buscamos descuentos por volumen, podremos ir arañando algún que otro euro para más adelante. Por cierto: ¡no vayas a la compra con hambre! En caso contrario, puedes encontrar el carro lleno de donuts con diferentes coberturas, de patatas fritas con diferentes sabores, salsas de todo tipo y poco más. Nadie me cree, pero yo compro en 15 minutos. Entro por la puerta, busco lo que necesito, salgo por la puerta. Es así.
2. Recorta los gastos de aquello que no necesitas: la mayoría de las personas, cuando nos enfrentamos a nuestra lista de gastos, la recorremos varias veces hasta concluir «no hay nada aquí que no necesite.» Pero si tu sueldo se recortase a la mitad, ¿qué harías exactamente para salir adelante? Quizá dejarías de considerar ciertos gastos como imprescindibles, por ejemplo las televisiones de pago, la suscripción a una revista que no lees, la ropa a la ultimísima moda de hace dos minutos, el maquillaje y las cremas caros, peluquería, diversos aparatejos que se usan de año en año... Considera la posibilidad de ir al trabajo en transporte público: contamina menos, y así sentirás que estás haciendo algo por la Tierra y sus habitantes, y tú eres uno/a de ellos. Las vacaciones quizá las tengas que hacer a un lugar más cercano, u olvidarte de ellas temporalmente. No es un drama, existen cosas de las que se puede disfrutar gratis, más abajo lo explico mejor.
4. Valora los activos que estás manteniendo: hay una serie de cosas que nos atan como a esclavos, y la más importante es la hipoteca. A veces mantenemos activos contra viento y marea, trabajando exclusivamente para la casa, o para el coche. Tal y como está ahora la cosa, muchas familias ven aumentar la letra de su hipoteca pero no ven la posibilidad de vender la propiedad asociada a ella, bien porque no ganarían lo que valía hace tan sólo unos meses, bien porque irse a otra semejante sería tener el mismo perro con distinto collar. Algunas personas están alquilando su casa, mientras se van a una vivienda más asequible, también de alquiler. Aunque nuestra mentalidad es querer poseer a toda costa, y el activo que más valoramos es el inmobiliario, alquilar y no comprar es una opción a tener en cuenta en estos tiempos.
5. Sé más listo que ellos: igual que muchas veces pensamos que nuestra fuente de ingresos está fija y no la podemos aumentar, otras veces pensamos que nuestros gastos son inamovibles. Están surgiendo iniciativas muy interesantes para empezar a ser el «soberano consumidor» que se nos supone ser en Teoría Económica. Tú eres el experto/a sobre lo que compras, tú eres quien elige, y quien puede exigir mejores condiciones y reclamar cuando te cobran lo que no debieran cobrarte. Si quieres saber más sobre esto, visita http://compraexperta.com/ y te harás una idea de lo que quiero decir: existen muchos servicios que pagamos y por los que podríamos pagar mucho menos. Infórmate.
6. Desde ahora, todo es tuyo: esta solución es la que más me gusta a mí y la que menos te va a gustar a ti si eres una persona práctica. Sin embargo, numerosos autores, y místicos de diversas corrientes, han utilizado este medio para ser las personas más ricas del mundo, para vivir en la abundancia, para sentirse satisfechos... Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que el más rico tan sólo disfruta de la vista de lo suyo, pero al tiempo sufre por el miedo a perderlo, a que se dañe, y paga por mantenerlo, por protegerlo. Orison S. Marden nos aconseja sentirnos ricos por todo lo que podemos disfrutar gratis, por los llamados «bienes libres.» Rockefeller y Onassis no pueden poseer más que tú y que yo la puesta del sol, la vista del mar, respirar el aire puro, ver la luna llena, pasear por las calles. No tiene nadie título de propiedad sobre lo más bonito que podemos admirar, sobre los grandes poemas que encuentras en una biblioteca, sobre la música que hizo Mozart, sobre el aroma de los pinos...
Pobre es quien no está satisfecho. Rico es quien se contenta con lo que tiene y puede disfrutar de cuanto los demás poseen.
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