He rescatado el libro de Orison Swett Marden, “Pushing to the front” (traducido como ¡Siempre adelante!) y, en particular, me ha llamado la atención un capítulo que se titula: «¿Por qué las mujeres casadas vienen a menos?»
El siglo XIX me abre los ojos y me demuestra cómo ha vivido la mujer hasta hace bien poco, y en ocasiones sigue viviendo: como una esclava o subordinada de su marido.
El hombre que fiscalizaba a su mujer no permitió que ambos tuvieran una verdadera economía en común, en la que los dos pudieran decidir por grandes sumas. Sin embargo, ahora ocurre un fenómeno curioso: el hombre defiende la igualdad en las aportaciones. Y más curioso todavía es que la mayoría de las mujeres no lleguemos nunca a los sueldos de la mayoría de los hombres.
Los defensores de los derechos de la mujer buscan por encima de todo que tengamos un trabajo remunerado. El caso es que no se ha avanzado demasiado desde que Virginia Woolf reclamara una habitación propia, pero sí lo suficiente para aprovechar la oportunidad única de ser independiente económicamente.
Habría que matizar esta independencia, empezando porque el sueldo medio en España no puede permitirse alquilar una casa. Está demasiado ajustado. Conozco muchas mujeres que permanecen en situaciones de total apatía y frustración marital porque realmente, si bien tienen un sueldo, están muy lejos de poder considerarlo fuente de independencia económica.
¿Cómo lo ves tú?
El siglo XIX me abre los ojos y me demuestra cómo ha vivido la mujer hasta hace bien poco, y en ocasiones sigue viviendo: como una esclava o subordinada de su marido.
El hombre que fiscalizaba a su mujer no permitió que ambos tuvieran una verdadera economía en común, en la que los dos pudieran decidir por grandes sumas. Sin embargo, ahora ocurre un fenómeno curioso: el hombre defiende la igualdad en las aportaciones. Y más curioso todavía es que la mayoría de las mujeres no lleguemos nunca a los sueldos de la mayoría de los hombres.
Los defensores de los derechos de la mujer buscan por encima de todo que tengamos un trabajo remunerado. El caso es que no se ha avanzado demasiado desde que Virginia Woolf reclamara una habitación propia, pero sí lo suficiente para aprovechar la oportunidad única de ser independiente económicamente.
Habría que matizar esta independencia, empezando porque el sueldo medio en España no puede permitirse alquilar una casa. Está demasiado ajustado. Conozco muchas mujeres que permanecen en situaciones de total apatía y frustración marital porque realmente, si bien tienen un sueldo, están muy lejos de poder considerarlo fuente de independencia económica.
¿Cómo lo ves tú?
Hola, me llamo Andrea, soy de Chile
ResponderEliminarComo podria conseguir ese libro desde aca?
Lo envian por correo?
mi email educatis@gmail.com
Hola Andrea,
ResponderEliminarEncantada de saludarte.
Si te refieres al libro de Orison Swett Marden, lo conseguí a través de una web de libros de segunda mano, http://www.inetllibre.com/, y también lo hay en inglés en PDF gratuito.
Si te refieres al de Virginia Woolf, creo que es más fácil de conseguir en cualquier librería.
Espero haberte ayudado,
Un saludo!