Algunas personas me dicen que su vida no es muy emocionante. Sienten que les falta riqueza, que se han dejado llevar por la inercia y esto les ha arrastrado a la desmotivación. Se preguntan: "¿Adónde iba yo?", y mientras tanto, esperan que un fenómeno desde fuera entre en sus vidas y lo cambie todo para bien.
Cuando montas en un avión de noche, desde que despega empiezas a contemplar la ciudad que dejas atrás como un todo. Lo que era una pista de despegue pronto queda como una línea de luces que se relaciona con otra, y con otra, y forman una especie de neurona de luz. Piensas en las personas ahí abajo, y te parecen hormiguitas. Y piensas que los problemas de esas hormiguitas parecen mucho más pequeños desde aquí arriba.
Es posible subirse a un helicóptero, a un globo, o a un pájaro, y contemplar la propia vida como contemplas tu ciudad neuronal desde el avión. Es posible hacerlo en el espacio y en el tiempo. En el espacio, alejándote de las circunstancias más próximas y viendo tu presente como un todo de interrelaciones. En el tiempo, viendo que lo que estás haciendo justo ahora encaja como una pieza en un puzle en el que ya está dibujado tu pasado y hay un futuro más adelante.
A veces es complicado visualizar este futuro. Puede ser porque es lejano, como cuando estudias una carrera universitaria y piensas en los años que te quedan, y puede ser porque no está asegurado, como cuando deseas "llegar a ser": llegar a ser actor o actriz, escritor/a, cantante, pintor/a...
Esto también me ha pasado a mí, no te lo estoy contando desde una tribuna del que ha escuchado cientos de casos con cierta condescendencia y compasión. Al contrario, yo he necesitado más de una vez subirme a un pájaro y contemplar mi vida desde arriba para comprender la importancia de la piececita del puzle en la que me encontraba.
En especial, esto ha sido así en la escritura de mi primer libro publicado (el cuarto que escribo). Al proyectar todo un manual, con sus módulos, temas y epígrafes, aquello parecía un mundo. Y gracias, precisamente, a esta estructura inicial de módulos, temas y epígrafes, cada día daba un pasito, cada semana completaba un tema, y al final conseguí terminar el manual en cuatro meses.
Cuando contemplé mi vida a vista de pájaro pude ver a una persona que ha apostado por su pasión. Que ha pasado de dejarse llevar por la inercia de un trabajo administrativo a dejarse llevar por la creatividad y la producción. Me vi desde fuera, como alguien independiente, capaz, que ha construido una vida desde cero, que sabe buscar sus recursos, es valiente, está luchando, toma decisiones importantes sin miedo.
Pensaba de mí que soy una persona impaciente, y desde arriba pude ver mi capacidad para esperar, para retardar la recompensa, para plantar semillas laboriosamente, en todos los campos, y regarlas esperando que algún día crezcan. Pensaba que el tiempo no pasaba, y vi que ya había hecho muchas pequeñas y grandes cosas que configuran mi tiempo presente y futuro de una forma bella, única. Pensaba que lo que necesitaba estaba lejos o era inalcanzable, y vi que el universo parecía colocado para concederme lo que necesitaba en cada momento; lo tenía todo a mano, todo lo que pensaba que me faltaba, lo tenía tan cerca...
Como esa fila de lucecitas que se ve desde el avión, vi mi camino. Desde abajo sólo ves cada paso, pero desde arriba se percibe la senda.
Todas estas "cosas maravillosas e increíbles" están a tu alcance. No es que yo pueda ver esto porque soy especial, porque he logrado tal o cual cosa o he pasado por tal o cual experiencia. Está en la mano de cada uno/a cerrar los ojos, sentir que se eleva por encima de su propia vida, y ver el panorama general que ofrece. Está en tu mano entender qué significa estar donde estás, saber qué te ha llevado hasta allí, y vislumbrar cómo puede ser el futuro más inmediato.
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