viernes, 20 de mayo de 2011

Movimiento 15M




Sí, me siento indignada. Sí, me identifico con el movimiento del 15M. No, no me representan, y hace tiempo ya. Concretamente, lo descubrí cuando nos manifestamos contra la guerra de Irak, dijimos “No a la guerra” de forma pacífica, en las calles, y no se nos escuchó.

Hace tiempo ya que veo a la clase política como un conjunto de vendedores de crecepelo que no ocultan ya que me están engañando. Me dan igual unos y otros, a estas alturas. Yo soy de aquellos “indecisos” que deciden, legislatura tras legislatura, cuál de los únicos dos posibles partidos va a gobernar. Indecisos que nos planteamos siempre no ir a votar, votar en blanco, votar a los verdes o a algún partido minoritario, y que ahora quizá (al menos yo) pensamos dar un voto nulo.

El rescate a los bancos ha sido escandaloso, sencillamente. Desde la entrada del euro he visto mi capacidad adquisitiva disminuir considerablemente, porque resulta que hoy, en 2011, gano lo mismo en términos absolutos que ganaba en 2001, lo que pasa es que en 2001 los precios eran mucho más bajos. Entonces veo cómo con el dinero de todos, que incluye mi propio dinero, se toman decisiones como inyectar liquidez a un sistema que está apoyado en una serie de inversores desconocidos, anónimos, que manejan el mundo al final.

Sólo hay que ver el documental “Hagamos dinero”, de Erwin Wagenhofer, que se está proyectando estos días en el cine Verdi de Madrid, y espero que en otros en España y fuera de España. No gobiernan los gobiernos, gobiernan los capitales, y el “dinero de todos” acaba en manos de unos pocos. O bien se es uno de estos pocos, o bien se es uno de los muchos que salimos a la calle y decimos: “¡Basta ya!”

Sorprendentemente, en canales como Cuatro, se ha hablado del movimiento del 15M de forma negativa, como para hacerlo parecer inconsistente, y se le ha comparado con los movimientos de los países del norte de África. Me parece increíble. Afortunadamente, la tesis defendida por el telediario de Cuatro de que los mensajes de este movimiento son incongruentes, cae por sí misma al leer que todos ellos van en la misma línea: queremos una democracia real ya. Queremos que los votos valgan lo mismo. Queremos decidir qué se hace con nuestro dinero, no vuestro, NUESTRO.

Me alegro de que el movimiento esté extendiéndose tanto frente a las embajadas españolas en otros países como en otros países que sienten lo mismo que sentimos nosotros.

No sé de dónde se sacan ahora que las personas que se manifiestan pacíficamente en Sol y otros lugares de España “exceden” el derecho del artículo 21 de la Constitución española. Tampoco entiendo muy bien en base a qué no vamos a poder estar libremente en la calle ejerciendo nuestra libertad de expresión el día de la jornada de reflexión, mañana sábado día 21 de mayo. Esta jornada es para que los partidos dejen de dirigirnos sus mensajes para permitirnos digerirlos. Nada tiene que ver con la expresión de la indignación por lo que ocurre en un sistema que tiene que cambiar.

http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki